Hubo dos grandes pandemias, la Peste Negra y la Gripe Española, que reúnen características similares a la actual ocasionada por el Covid-19 y que abarcaron grandes porciones de la población dejando una gran cantidad de muertos, pero también fueron artífices de notables cambios en la sociedad, expresó el reconocido historiador Felipe Pigna en una entrevista exclusiva con El Tribuno de Jujuy.
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Hubo dos grandes pandemias, la Peste Negra y la Gripe Española, que reúnen características similares a la actual ocasionada por el Covid-19 y que abarcaron grandes porciones de la población dejando una gran cantidad de muertos, pero también fueron artífices de notables cambios en la sociedad, expresó el reconocido historiador Felipe Pigna en una entrevista exclusiva con El Tribuno de Jujuy.
Los estados en el mundo empezaron a invertir más en el sistema de salud tras el brote de la Gripe Española.
La primera fue la Peste Negra de 1348 que asoló completamente a Europa y Asia, porque no había contacto con América todavía, fue una enfermedad que como la actual, también se originó en Asia y mató a la mitad de la población europea.
"La misma venía de las pulgas que tenían las ratas y se expandió rápidamente en esos continentes provocando cambios interesantes como ser el fin del modelo feudal, el aislamiento y la concentración de ciudades en lugares chicos mejorando las condiciones de las aguas corrientes, y se cambió el pensamiento mágico acercándose más al pensamiento científico. Trajo muchas innovaciones, de alguna manera el renacimiento, que ocurrió un siglo después tuvo que ver con esa peste", mencionó Pigna.
Asimismo, sostuvo que "no es que las pestes sean buenas, pero originan efectos y consecuencias importantes, pueden traer cambios positivos después, si se aprende de estas desgracias. La otra fue la gripe española de 1918, que es como la más reciente. La misma se propagó por el mundo entero y causó 50 millones de muertos en un contexto tremendo que fue el fin de la primera guerra mundial que ya había causado 10 millones de muertos".
Explicó que los hospitales, al momento de la pandemia, estaban totalmente colapsados por la guerra entonces eso acrecentó el número de víctimas. Llegó a la Argentina y ocasionó 15 mil muertos, entró por el puerto e "hicieron cuarentena de barcos, se prohibieron espectáculos públicos y una cantidad de cosas, pero por suerte tuvo una duración limitada ya que duró aproximadamente cinco meses y se fue extinguiendo con el paso del tiempo", dijo.
En ese sentido comentó que "lo que trajo de positivo, siempre aclarando que las pestes no son positivas para nada, es que hubo un gran cambio en el modelo de salud, los estados invirtieron mucho más en el modelo de salud, el sistema privado invirtió en laboratorios que elaboren vacunas con anticuerpos. Cambió notablemente el vínculo de la sociedad con la salud y se le prestó más atención".
Rol de los medios
Al igual que en la actualidad, en ese momento, durante la Gripe Española, había una apelación importante al cuidado personal y a la responsabilidad por parte de los medios de comunicación.
"Se tenía en cuenta de que los Estados pueden hacer muchas políticas general pero si la gente no las respeta se complica demasiado que sean efectiva, eso estaba presente en revistas como ser Caras y Caretas o diario La Nación que daban muchos consejos para el cuidado personal o la higiene de los ciudadanos", concluyó.
Enseñar historia sin subestimar a los chicos
En relación a la forma de enseñar la historia a los chicos Felipe Pigna expresó que no se debe subestimar a la niñez y adolescencia, y hay que enseñarles todo lo que pasó en nuestra historia con más contenidos. Al respecto indicó que “la niñez y adolescencia son momentos de autorreferencialidad que significa ‘qué tengo que ver yo con esto’. Hubo muchos niños y adolescentes que participaron de la defensa de la independencia argentina y hay que hablar con ellos sobre esto y que los lleve a llenarse de orgullo”.
Sobre los actos escolares en los que se conmemoran fechas patrias aseguró que “tienen un carácter simbólico que siempre vienen bien y sin criticar se los debe llenar más de contenidos, se le podría agregar más explicación, quizás eso le falta para que sepan porqué están haciendo lo que están haciendo que les daría más ganas de participar en las representaciones que suelen hacerse”. “Hay que desterrar esa subestimación de la infancia como las frases malditas de que ‘hasta un niño lo puede entender’ o ‘es un racionamiento infantil’. Me parece que son palabras estúpidas que dice el mundo adulto, ya que no se deben subestimar a ellos. A veces se les cuenta así nomás, rapidito, sobre estos hechos ya que son personas con alta capacidad de razonamiento y hay que tratarlos como personas pensantes que unen una enorme sensibilidad a una gran capacidad de pensamiento y razonabilidad”, agregó.
Responsabilidad personal
Por último, reflexionó sobre la pandemia y manifestó que “estamos viviendo hechos complejos donde hay una apelación a la responsabilidad personal. Hemos vivido mucho tiempo así en el mundo, esperando que los estados resuelvan todo, pero esta es una demostración que eso no alcanza, que hay que ejercer ciudadanía, que no solamente es votar sino ser responsables y acá muchas veces fuimos muy irresponsables atentos a lo que hacen los demás”.
“A veces estamos más atentos a los que hacen los otros que a lo que hacemos nosotros mismos, o nos ponemos de jueces de los demás. Es un momento para encontrarlos ya que se pueden causar grandes daños al otro, no se trata de que gane el más fuerte, ya desde hace tiempo que los estados dijeron que no a esa teoría”, concluyó.