El paso internacional "Horacio Guzmán", que une a las ciudades fronterizas de La Quiaca y Villazón (Bolivia), seguirá cerrado. Alberto Fernández prorrogó la prohibición para ingresar al país, tanto para los argentinos como para los extranjeros, hasta el domingo 26 inclusive.
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El paso internacional "Horacio Guzmán", que une a las ciudades fronterizas de La Quiaca y Villazón (Bolivia), seguirá cerrado. Alberto Fernández prorrogó la prohibición para ingresar al país, tanto para los argentinos como para los extranjeros, hasta el domingo 26 inclusive.
La directiva a nivel nacional es la restricción del acceso de extranjeros, los trámites para fines migratorios no podrán realizarse, sólo está permitido el tránsito de camiones del comercio internacional, puede cruzar la frontera solamente el conductor, esa es la función que únicamente está cumpliendo la Dirección de Migraciones La Quiaca.
Están exceptuadas las personas comprendidas en lo dispuesto por el Decreto Nº 274 del 16 de marzo.
El comercio internacional sigue siendo fluido en la frontera norte, donde gran número de camiones cruza la frontera abasteciendo al vecino país diariamente.
Por ello se intensificaron los controles del lado argentino que ahora ya cuenta con personal de Sanidad de Frontera, igual medida preventiva cumplen sus pares de Bolivia.
Mientras en el país altiplánico esperan anuncios sobre si se extenderá la cuarentena y por ende el cierre de sus fronteras después del 15 de abril.
El lado "B"
Particularmente en la frontera, con los pasos cerrados, en plural porque aparte del oficial hay otros ilegales, se develó un secreto a voces que viene desde hace un tiempo.
Beneficiarios de planes sociales y otros que otorga el Gobierno provincial y nacional, son ciudadanos bolivianos con doble nacionalidad que no tienen residencia en La Quiaca, para ser beneficiarios aportan datos de domicilios "prestados". Recientemente desde la Oficina de Gestión con asiento en la ciudad fronteriza procedieron a la entrega puerta a puerta de las cajas alimentarias Plasonup.
Grande fue la sorpresa cuando al llegar a alguna vivienda no existía o el propietario había prestado el domicilio para que un extranjero pueda tramitar el certificado de residencia. Más de 200 bolsones quedaron sin dueño, por lo que optaron por donar o distribuir a vecinos quiaqueños en situación de vulnerabilidad. El cobro de AUH y tarjeta Alimentar también evidenciaron frontera afuera unos 1.000 beneficiarios.