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27 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Polémicas y reclamos marcaron el encuentro

Reunió a más de 250 escritores, académicos, expertos y profesionales del mundo de habla hispana.

Lunes, 01 de abril de 2019 01:01

Con un cierre de tono crítico a cargo de la escritora María Teresa Andruetto que reafirmó el pulso disidente de los discursos que circularon a lo largo de cuatro días, culminó el viernes el VIII Congreso de la Lengua (Cile), una edición que será recordada por la omisión oficial de debates sobre el lenguaje inclusivo -una decisión que tuvo el efecto inverso al buscado- y las polémicas acerca de si castellano o español es la nominación más representativa para dar cuenta de la diversidad lingüística de España y Latinoamérica.

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Con un cierre de tono crítico a cargo de la escritora María Teresa Andruetto que reafirmó el pulso disidente de los discursos que circularon a lo largo de cuatro días, culminó el viernes el VIII Congreso de la Lengua (Cile), una edición que será recordada por la omisión oficial de debates sobre el lenguaje inclusivo -una decisión que tuvo el efecto inverso al buscado- y las polémicas acerca de si castellano o español es la nominación más representativa para dar cuenta de la diversidad lingüística de España y Latinoamérica.

Casi como una premonición, la ceremonia inaugural que tuvo lugar el miércoles pasado funcionó como un compendio de las tensiones, los disensos y las particularidades que atravesaron el corpus de 462 actividades en las que se ramificó la convocatoria en esta edición que acaso con más fuerza que las anteriores logró convertirse en un puente entre las academias que regulan el uso de la lengua y las comunidades que la transforman a través del habla cotidiana.

El primer chispazo de controversia lo provocó el peruano español Mario Vargas Llosa cuando en su discurso sostuvo que había muchas lenguas y dialectos antes de la Conquista ("Los americanos no se entendían y por eso se mataban") y que remató con la afirmación de que "América era una Torre de Babel cuando llegaron los europeos".

No conforme con esa interpretación histórica que a lo largo de los días se encargaron de rebatir Luisa Valenzuela, Claudia Piñeiro o Mempo Giardinelli, entre muchos otros, el autor de "La ciudad y los perros" criticó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador por la carta que éste le envió al rey de España y al Papa exigiéndoles un perdón por los abusos de la Conquista.

"¿Por qué México, que hace cinco siglos se incorporó al mundo occidental y desde hace 200 años es independiente y soberano, tiene todavía millones de indios pobres, marginados, explotados? Es una pregunta que prácticamente se pueden hacer todos los presidentes latinoamericanos", inquirió Vargas Llosa.

MARIO VARGAS LLOSA / UNO DE LOS ORADORES PRINCIPALES DEL VIII CONGRESO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Reafirmando el perfil activista y comprometido con que el que apoyó varias causas a lo largo del 2018 -como el debate por la legalización del aborto- Claudia Piñeiro fue una de las figuras más celebradas en estos días: fue contundente a la hora de sugerir que el Congreso "debería llamarse Congreso de la Lengua Hispanoamericana" para "propiciar la unión de ese español armado entre todos" y hasta se animó a cantar una copla de la cantante qom-guaraní Charo Bogarín.

El mexicano Jorge Volpi, quien junto a Jorge Fondebrider, Pedro Álvarez de Miranda, Alex Grijelmo e Ivonne Bordelois participó de una mesa denominada "Corrección política y lenguaje", no dejó escapar la paradoja: "Siendo esta la única mesa donde se puede hablar del sexismo en la lengua, no deja de ser extraño que los que estemos aquí seamos cinco varones y sólo una mujer".

Fuera de sus polémicas y sus disidencias, el Cile tuvo un incuestionable poder de convocatoria que se tradujo en cerca de 5.000 inscriptos -el 85 por ciento fueron mujeres- para asistir a las sesiones plenarias y en las multitudes que congregaron algunas actividades como las 24.000 personas que se acercaron a la Ciudad Universitaria para asistir al espectáculo que ofreció el grupo Les Luthiers.

Ubicados en polos opuestos de la recta generacional, el español Joaquín Sabina y su compatriota Elvira Sastre -ella 27, él 70- protagonizaron una de las mesas más populares y ovacionadas, "Poesía y diversidad cultural", donde en un registro que fue sin duda el más desacartonado del Congreso se leyeron poemas a la par que se renegaron de los "pequeños nacionalismos" y se reinvindicó a la poesía como espacio de libertad.

Otro de los grandes hitos del Cile fue la presentación de una edición conmemorativa de "Rayuela", la obra que Julio Cortázar publicó hace 56 años, en una velada que se transformó en una travesía en el tiempo que se reencarnó en la palabra del peruano Mario Vargas Llosa y el nicaraguense Sergio Ramírez, quienes recrearon la efervescente escena de los años 60 y resignificaron la aventura literaria del narrador argentino como uno de los grandes hitos de la literatura latinoamericana.

 

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