El desalojo de un campamento de protesta contra la cumbre del G20 que tendrá lugar esta semana en Hamburgo, ciudad del norte de Alemania, se saldó ayer con enfrentamientos entre algunos manifestantes y la policía, que usó gases lacrimógenos para dispersar a los acampantes.
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El desalojo de un campamento de protesta contra la cumbre del G20 que tendrá lugar esta semana en Hamburgo, ciudad del norte de Alemania, se saldó ayer con enfrentamientos entre algunos manifestantes y la policía, que usó gases lacrimógenos para dispersar a los acampantes.
Los incidentes ocurrieron cuando las fuerzas de seguridad procedieron a retirar las tiendas de campaña que había en el campamento, así como las instalaciones sanitarias provisionales, informó ayer la policía de Hamburgo en un comunicado.
Los manifestantes reaccionaron lanzando globos llenos de pintura a los agentes, que utilizaron gases lacrimógenos.
El campamento había sido autorizado por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Hamburgo, pero, según la interpretación de la policía, esa autorización no incluía la instalación de una infraestructura que permitiera a los manifestantes pasar la noche en el lugar.
El resto de las manifestaciones convocadas hasta el momento contra la cumbre de las principales economías del mundo y las potencias emergentes han transcurrido sin incidentes, centradas en llamamientos a luchar de forma más eficaz contra el cambio climático y a acabar con las muertes de refugiados.
Las autoridades alemanas temen que durante la cumbre puedan darse actos de sabotaje y ataques incendiarios, según un documento de la Oficina Federal de lo Criminal (BKA) que se ha filtrado a algunos medios este fin de semana.
En ese texto se indica que durante la cumbre estarán presentes en Hamburgo integrantes de grupos radicalizados internacionales de izquierda que tienen experiencia en acciones de protestas y utilizan recursos que van más allá de los que suelen utilizar sus correligionarios alemanes.