El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró ayer que el país "empezó a crecer y empiezan a verse los frutos de la normalización económica" y sostuvo que "el principal desafío del Gobierno nacional es cambiar una cultura del poder basada en la fragmentación".
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El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró ayer que el país "empezó a crecer y empiezan a verse los frutos de la normalización económica" y sostuvo que "el principal desafío del Gobierno nacional es cambiar una cultura del poder basada en la fragmentación".
Peña se expresó así al participar de una reunión de Gabinete ampliado con el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y sus funcionarios, en la sede del Club de Emprendedores de ese municipio, en la localidad bonaerense de Caseros.
"Hemos empezado a crecer, la tendencia es favorable y empiezan a verse los frutos de la normalización económica", afirmó el ministro coordinador, al tiempo que se refirió al "aumento del ahorro y la inversión" y destacó que "está cambiando la lógica de un país que pasó de pensar el día a día a pensar el futuro".
El funcionario nacional afirmó que el Gobierno es "optimista" y confía "en este proceso de cambio profundo que está viviendo la Argentina a partir del hartazgo de décadas de frustraciones acumuladas".
"El principal desafío del Gobierno es cambiar una cultura del poder basada en la fragmentación y la pelea para generar una más sana, con vocación de servicio y de trabajo en equipo", sostuvo el jefe de Gabinete.
Al respecto, evaluó que "la principal razón de la enorme brecha que tiene el país entre lo que es y lo que puede ser, y que explica la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, es la dificultad para trabajar en equipo".
En ese sentido, el jefe de Gabinete instó a los funcionarios presentes en la reunión a "trabajar en equipo con los vecinos, porque el Gobierno nacional sólo no puede resolver nigún problema".
