Con enfrentamientos aislados entre manifestantes y policías culminó ayer una nueva marcha de unos 10 mil estudiantes chilenos para reclamar la gratuidad de los estudios y una educación de mejor calidad.
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Con enfrentamientos aislados entre manifestantes y policías culminó ayer una nueva marcha de unos 10 mil estudiantes chilenos para reclamar la gratuidad de los estudios y una educación de mejor calidad.
La movilización comenzó en la céntrica plaza Italia y continuó por la Alameda hasta el barrio universitario República, donde dirigentes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) realizaron un acto de cierre.
Los disturbios ocurrieron cuando el cuerpo de carabineros decidió actuar debido a que algunos de los manifestantes derribaban las vallas para pasar hacia la calzada norte de la Alameda, cuando sólo tenían autorizado el uso de la calzada sur.
La movilización contó con la participación de unas 5.000 personas, estimaron periodistas de la AFP, menor a las dos anteriores de este año, pero igualmente se saldó con enfrentamientos con la Policía, que lanzó gases lacrimógenos y agua para dispersar a los manifestantes.
La emblemática reforma de la educación impulsada por la presidente Michel Bachelet permitió en los últimos dos años que unos 260.000 jóvenes estudien gratis en universidades, pero aún está lejos la gratuidad universal prometida por la socialista al asumir su segundo mandato en 2014.
Salimos a las calles a "demandar una educación que sea pública, gratuita, sin deudas y de calidad", comentó Sofia Barahona, vocera de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) en rueda de prensa, a minutos de iniciar la movilización.
En abril, el Congreso -de mayoría oficialista- aprobó iniciar la tramitación de un proyecto que fijara las reglas del juego para las universidades que adhieran al proyecto de gratuidad y los plazos para conseguirla.
El proyecto, que sigue recibiendo modificaciones en su discusión por las distintas comisiones del Congreso, es considerado nefasto por los estudiantes que consideran una "traición" de Bachelet que se presente una ley que estima que la gratuidad universal se alcanzará recién en varias décadas.
"Yo tengo gratuidad. Pero tengo gratuidad gracias a que mucha gente marchó en el 2006, en el 2010" y "ahora estoy marchando para que mis hijos quizás, o mis nietos tengan gratuidad", dijo una estudiante.