Venezuela rechazó durante la jornada de ayer en la ONU la "injerencia" de Estados Unidos en la crisis que ha dejado ya 43 muertos en las últimas siete semanas y aseguró que resolverá sus problemas por su propia cuenta.
Un total de 49 personas han muerto en protestas contra el gobierno desde el 1 de abril, según la Fiscalía venezolana.
"Venezuela resolverá sus problemas internos (...) Lo haremos nosotros mismos. No aceptamos injerencia ni tutelaje" de Estados Unidos ni de ningún país, dijo a periodistas el embajador venezolano ante la ONU, Rafael Ramírez, tras la primer reunión del Consejo de Seguridad que discutió la crisis del país venezolano a pedido de Washington.
"Esta es una estrategia calculada y deliberada contra nuestro país (...) Estados Unidos con su postura injerencista alienta a los grupos más violentos de la oposición venezolana", denunció Ramírez.
Un total de 49 personas han muerto en protestas contra el gobierno desde el 1 de abril, según los últimos datos arrojados por la Fiscalía venezolana.
El embajador venezolano aseguró que Venezuela no plantea ningún riesgo a la paz ni a la seguridad internacional y que por eso la situación del país no debería haber llegado nunca a plantearse en el Consejo de Seguridad.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, aseguró ayer que Venezuela está "al borde de la crisis humanitaria" y dijo que la comunidad internacional debe trabajar de manera conjunta para garantizar que el presidente Nicolás Maduro "devuelva la democracia al pueblo".
"Manifestantes pacíficos han sido heridos, arrestados e incluso han muerto a manos de su propio gobierno. No se encuentran medicinas, los hospitales no tienen suministros y es difícil hallar comida, hay saqueos a menudo y la situación se torna preocupante", dijo Haley.