El altruismo es una conducta que tiene como fin manifestar una ayuda hacia el otro sin la necesidad de obtener algo a cambio. La misma se puede ejercer desde instituciones con fines benéficos para personas, animales o el medio ambiente y también se la puede efectuar cediendo un asiento en el colectivo, siendo amable o ayudando a cruzar la calle a un adulto mayor, es decir, podemos ser altruistas todo el tiempo y en cada momento.
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El altruismo es una conducta que tiene como fin manifestar una ayuda hacia el otro sin la necesidad de obtener algo a cambio. La misma se puede ejercer desde instituciones con fines benéficos para personas, animales o el medio ambiente y también se la puede efectuar cediendo un asiento en el colectivo, siendo amable o ayudando a cruzar la calle a un adulto mayor, es decir, podemos ser altruistas todo el tiempo y en cada momento.
Este concepto es explicado desde la neurociencia, que entre otros estudios, se dedica a investigar como esta conducta impacta en el cerebro humano. Desde esta disciplina se intenta explicar el altruismo en base al porque hay hombres y mujeres que se pasan la vida ayudando dedicando su tiempo y fuerza; y porque hay otros que no lo hacen, no sienten el deseo de expresarlo.
Uno de los precursores en el tema es el neurólogo y neurocientifico argentino, Facundo Manes, que a través de una divulgación científica, por medio de estudios con personas, explicó como una acción altruista produce un efecto en el cerebro.
Partió del principio de que los seres humanos tenemos intereses inmediatos como comer o beber, pero también tenemos intereses mediatos como la cooperación o el sentido de justicia. Y cuando manifestamos acciones de cooperación o justicia despierta en nosotros un sistema denominado de "recompensa", y es allí donde se encuentra el químico del placer que es la dopamina.
Es por ello que las personas que trabajan de forma voluntaria en cualquier ámbito social no solo dan, sino que también reciben una gran satisfacción.
En la provincia de Jujuy, la licenciada en psicología Fernanda Altea se especializó en estos temas y pudo aplicarlos a las vivencias que tiene el voluntario al ejercer este tipo de conductas.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, mencionó al respecto que, "todos los seres humanos tienen la capacidad de ejercer el altruismo, algunas personas son más vulnerables o propensas a ser más altruistas que otras. Ellos generalmente son más sensibles a la realidad, intentan ayudar como pueden ya sea dentro de una ong o fuera de ella, y por más que cuenten con poco tiempo se las arreglan para ayudar.".
El altruismo es una capacidad que se desprende de las buenas habilidades emocionales y sociales de una persona, "si soy una persona empática es muy probable que sea una persona altruista. Si yo tengo fallas en regular mis emociones, en vincularme con el otro, si yo no puedo ponerme en el lugar del otro difícilmente voy a poder ser altruista. Yo necesito poder entender que el otro sufre que tiene un problema, para poder serlo", sostuvo la especialista.
Este tipo de conducta no solo involucra al ser humano sino también a otras especies que generan esta ayuda mutua.
Entre animales cooperan para poder sobrevivir, a menudo vemos a perros que son abandonados por sus dueños en las calles pero que sin embargo crean un vínculo con otro perro, generando un hábito de convivencia y se protegen mutuamente ante adversidades.
Cambiar su mundo
Cuando un voluntario se inicia en una institución que persigue su mismo objetivo cree que puede cambiar el mundo con sus acciones. Pero cambiarlo es muy complejo porque vivimos rodeados de situaciones caóticas y dolorosas.
En relación a esto Fernanda Altea remarcó que "si voy con las expectativas muy altas de cambiar el mundo, de eliminar la pobreza en su totalidad puedo desilusionarme. Ese es un objetivo utópico y poco probable porque hay muchas personas y organismos que infieren en eso".
Es difícil cambiar el mundo pero si se puede cambiar momentos en una persona o en un animal, cambiar el día de esos seres, ese sí es un objetivo alcanzable y posible. Un ejemplo es el de la Madre Teresa de Calcuta que dedicó su vida y su existencia a las personas de escasos recursos pero no pudo erradicar la pobreza en todo el mundo pero sí pudo cambiar la realidad de esas personas.
Citando un ejemplo más local, la psicóloga hizo mención a las personas en situación de calle. Comentando que ellos se acostumbran a vivir así, les cuesta dejar de consumir, volverse a vincular en la sociedad, vivir en una casa o hacerse atender en un centro de rehabilitación. El voluntario que intercede en esa situación se plantea el objetivo de lograr todo eso, pero a veces no puede hacerlo porque a las personas que viven en la calle aprender eso les cuesta mucho.
Ante esto dijo que es importante que el voluntario sepa que en cada visita a estas personas los contienen haciéndolos sentirse queridos, entonces, le cambian ese momento de su realidad y contribuyen de una forma positiva para que dejen esos malos hábitos.
Cómo se despierta
Hay ocasiones en que estas acciones se despiertan a causa de algún acontecimiento doloroso. Hay padres que se le muere un hijo, ante eso algunos reaccionar de una manera negativa cayendo en la depresión o angustia, pero otros salen adelante de una forma superadora mediante comportamientos altruistas que se relacionen con la enfermedad por la cual murió su hijo. Eso se llama resilencia, cuando ante una situación traumática y desfavorable la persona vuelve a brotar. "La resilencia es una capacidad que no tienen todos pero algunos más que otros. Por ejemplo los sobrevivientes del holocausto que viven una vida normal y pueden contar lo que les pasó y hasta luchar por los derechos humanos. Después de tal horror ellos renacieron", comentó Fernanda Altea al respecto. El altruismo también puede despertarse al irse trasladando de generación a generación en las familias. A los niños se les enseña desde pequeños cuando experimentan acciones solidarias de sus padres que ayudan a otras personas y eso los marca muy fuerte. Hay otros que se les despierta ante grandes antes situaciones dramáticas, o ante una realidad muy dolorosa.
El voluntario no debe excederse
La labor del voluntario es un trabajo durísimo, cualquier voluntario que trabaja en los diferentes ámbitos ya sea con animales, personas en situación de calle, niños, adultos mayores, se ponen en contacto con una realidad que es dura, que la pueden ver de reojo o en los medios de comunicación pero algo muy distinto es encontrarse con esa realidad cara a cara.
Esto puede generar en ellos que dejen de hacerlo, es decir, que se alejen de esa causa o todo lo contrario, que se comprometa más y tome a eso como una forma de vida.
Como mencionamos anteriormente, la dopamina es un químico que nos ayuda a reconocer los placeres y los sentimientos. En el mismo lugar actúan otras acciones como comer chocolate, comprar, beber alcohol, etcétera.
Esto en su exageración puede generar una adicción. "Con el altruismo pasa algo parecido, hay gente que empieza a basar su vida sobre esto. No se convierte en una adicción sino en una forma de vida, se siente tanto placer al hacerlo que no se puede parar más. Algo necesario es no entregarse en su totalidad a una causa porque uno termina siendo esa causa", mencionó al respecto Fernanda Altea.
Sobre la forma en la que se pueden ordenar estas acciones dijo que el ser humano posee áreas que deben ser ocupadas de manera equilibrada, ellas son: las relaciones familias, las amistades, el noviazgo, el trabajo, la actividad física y el voluntariado también.
"Hay muchos voluntarios que les cuesta mucho medir esto. No hay que exagerar, no se puede elegir entre la causa y uno mismo, la causa tiene que estar dentro de uno mismo. Tiene que haber un equilibrio, darle el porcentaje necesario a todo lo que se hace", puntualizó la especialista.
Potenciar conductas
Para crear una sociedad de buenos valores y conductas altruistas es pertinente comenzar con los niños.
"Es importante trabajar desde los valores en los más chicos y que sientan empatía. Empatía es ponerse en el lugar del otro y así ayudarlo. Un niño así es aquel que a no va a generar acoso escolar, es decir que no va a ser acosador y va a ser aquel capaz de frenar a un acosador", sostuvo Fernanda Altea durante la entrevista con nuestro matutino.
Explicó que el altruismo cuando se empieza a trabajar con los niños es impresionante el cambio que realizan. Tienen conductas más favorables con las plantes, los animales, con todo lo que tiene vida serán más cuidadoso y no van a querer golpear, destruir, etc. Y en el vínculo con uno mismo van a estar más cómodos y podrán generar un mejor vínculo con el otro.
En relación a esto recomendó a las familias jujeñas generar una actividad altruista una vez al mes, "por ejemplo junto ropa y la llevo a algún hospital, pero no solo dejarla e irse sino tener un contacto con la gente que la va a recibir, que los hijos puedan tener un contacto y ponerse en el lugar del otro", dijo.
Y en los adultos también
En las personas grandes es imprescindible que se practiquen conductas altruistas que vayan desde lo más simple como ayudar a cruzar la calle, saludar, sonreír, ser amables, ceder asientos, pedir permisos, pedir perdón, es decir, estar atentos ante cualquier necesidad del otro, cuestiones que parecen ser muy básicas pero a veces no las hacemos.
Cada uno lo hace desde el lugar que puede. Algunos desde fundaciones y otros desde la cotidianeidad de cada día.
Algunos consideran que para ejercitar esto solo se puede dentro de una ong pero no es solo de esa manera. Se pueden realizar buenas acciones en todo momento. El cumulo de ellas pueden generar un cambio en una persona. Acciones que se hacen sin planificarse como un gesto de amabilidad, una pequeña sonrisa, un tratarte bien, levantarle a alguien algo que se cayó del piso, son pequeñas acciones, no hace falta hacer algo grande para ser altruista.
En ese sentido dijo la especialista Fernanda Altea que "si yo veo a una mujer embarazada en el colectivo le voy a dar mi asiento porque siento esa necesidad al notar que puede caerse. Pero si yo no puedo hacer eso me voy a quedar mirando sin hacer nada, verla parada no va a generar nada dentro mío. Eso depende de cada uno, de la de formación del cerebro de cada uno y tiene que ver con lo que se le enseña a la persona".