El papa Francisco presidió ayer en una Roma blindada su quinto Vía Crucis como pontífice alrededor del Coliseo, al término del cual rezó por "la sangre vertida por los inocentes" por guerras e injusticias.
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El papa Francisco presidió ayer en una Roma blindada su quinto Vía Crucis como pontífice alrededor del Coliseo, al término del cual rezó por "la sangre vertida por los inocentes" por guerras e injusticias.
Al final del sugestivo recorrido con el que se conmemora el calvario de Cristo hasta su crucifixión, el papa pronunció más de siete veces la palabra "vergenza" para enumerar los pecados, omisiones, injusticias, escándalos y horrores que azotan al mundo y a la misma iglesia.
"Vergenza por la sangre inocente que cotidianamente viene derramada por mujeres, niños, emigrantes, personas perseguidas por el color de la piel o por su pertenencia étnica, social, o por su fe en ti", dijo el papa con voz firme y a la vez conmovida.
Dirigiéndose al Cristo crucificado, el papa argentino reconoció su "vergenza" "por todas las imágenes de devastación, de destrucción, de naufragio, que se han convertido en ordinarias para nosotros", agregó el sumo pontifíce.
El papa reconoció también su "vergenza por todas las veces que obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas hemos herido tu cuerpo, la Iglesia", dijo en un alusión a los abusos cometidos por curas pedófilos.
En su oración, el Papa Francisco pidió por "nuestros hermanos arrasados por la violencia, por la indiferencia y por la guerra" e instó a "romper las cadenas que nos tienen prisioneros en nuestro egoísmo, en nuestra ceguera involuntaria, y en la vanidad de nuestros cálculos mundanos".
El pontífice llegó a las 21 locales al célebre monumento romano, en donde unas 20 mil personas, turistas y religiosos, entre ellos la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, lo esperaban, algunos con antorchas.
El recorrido nocturno alrededor del monumento romano se celebró este año bajo un clima particular, marcado por las fuertes medidas de seguridad adoptadas desde los atentados del domingo en Egipto contra dos iglesias de cristianos coptos y que costaron la vida a 45 personas.