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Ante los recientes casos confirmados de rabia en bovinos, la provincia creó un banco de vacunas para prevenir y evitar su proliferación. Además, instaron a no alarmar a los productores y a la población en general ya que según manifestaron desde el área de Sanidad Animal, "es común que se produzcan este tipo de brotes a lo largo del año".
La rabia paresiante afecta a los bovinos, equinos y aunque con menor frecuencia, a otras especies domésticas.
En los últimos meses, la aparición de casos confirmados de rabia en vacunos desató las alertas de la comunidad en general por la dispersión de la enfermedad y el temor por las posibles consecuencias que pueda generar en humanos.
No obstante, desde el Ejecutivo provincial descartaron todo tipo de consecuencias en las personas y echaron por tierra la probabilidad de que se dé una proliferación de la enfermedad, ya que el brote corresponde a la manifestación propia de los bovinos.
Vale aclarar que la rabia paresiante es una enfermedad epidémica y recurrente causada por el virus rábico transmitido por el vampiro común "Desmodus Rotundus", que afecta principalmente a los bovinos, a los equinos y aunque con menor frecuencia, a otras especies domésticas (como perros y gatos) y a algunos animales silvestres.
Su área endémica abarca la totalidad de las provincias de Misiones, Chaco y Formosa y parte de las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Santa Fe y Corrientes.
Consultado sobre la situación en la provincia, el director de Desarrollo Ganadero Javier Giubergia aclaró que los casos que se detectaron "son endémicos", es decir que no son particulares del año sino que por el contrario, "están dentro de lo que nosotros manejamos como comunes, es decir como algo que se puede registrar todos los años".
En lo que va del 2017, señaló el funcionario, se detectaron tres focos de rabia paresiante en la provincia: en El Cucho, Tilquiza y San Antonio, zonas donde ya se identificó tanto el foco (donde se produjo el caso), como el perifoco "que serían los productores que están alrededor de la zona donde se detectó un animal infectado, que en general son unos 10 kilómetros a la redonda".
Destacó que tras la confirmación de los casos de rabia paresiante, la Comisión Provincial de Sanidad Animal (Coprosa) se reunió para tratar el tema y evitar la propagación del mismo.
"Apenas se confirmó el caso, empezamos a trabajar activamente en la zona conjuntamente con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Hemos realizado un relevamiento y ya se notificó a los productores que deben vacunar obligatoriamente a sus animales", manifestó Giubergia quien resaltó que se realizarán campañas de vacunación preventivas anuales, principalmente en Valles y Yungas, zonas consideradas "endémicas ya que todos los años se presentan casos".
Armaron un banco de vacunas destinado a los productores
CASOS. EL CUCHO, TILQUIZA, SAN ANTONIO Y CAIMANCITO SON LOS LUGARES DONDE SE DETECTARON LOS BROTES.
Giubergia destacó que desde el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción y el Senasa se gestionaron y se compraron vacunas para conformar el banco provincial, de manera que “los focos de rabia que se produzcan desde ahora en adelante puedan ser atendidos en carácter urgente”.
En ese sentido, informó que la provincia cuenta con 3 mil dosis de vacunas, a fin de evitar la propagación de la enfermedad y garantizar la protección de los animales.
Dicho banco ya se encuentra trabajando y asistiendo a los productores de los lugares donde se detectaron casos de rabia paresiante, haciendo énfasis no sólo en los focos de contagio sino también en los perifocos para asegurar la inoculación antirrábica obligatoria de todos los animales de la zona.
“Ya se vacunó en San Antonio que es donde se registraron los últimos casos y ya estamos actuando en toda la zona periférica”, señaló Guibergia, al tiempo que mencionó que se confirmaron dos nuevos casos positivos en Caimancito, donde se realizó de manera inmediata la vacunación de los animales del lugar por lo que “la situación está controlada”.
Resaltó que el trabajo se realiza de manera coordinada con el Senasa, entidad que es la encargada de confirmar o no los casos y de definir a los productores a los que se debe asistir con las vacunas, que son “los que estarían a diez kilómetros a la redonda del foco”.
Para garantizar la sustentabilidad del banco de vacunas, los productores reciben la dosis en calidad de préstamo, por lo que tienen el compromiso de devolver las vacunas en un plazo no mayor a 60 días.