El Ejército de Filipinas derrotó ayer finalmente a yihadistas afines al Estado Islámico (EI) que desde mayo pasado sitiaban la sureña ciudad de Marawi, tras cinco meses de combates que dejaron 1.100 muertos pero aliviaron temores de que el grupo islamista lograra extender sus tentáculos al sudeste asiático.
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El Ejército de Filipinas derrotó ayer finalmente a yihadistas afines al Estado Islámico (EI) que desde mayo pasado sitiaban la sureña ciudad de Marawi, tras cinco meses de combates que dejaron 1.100 muertos pero aliviaron temores de que el grupo islamista lograra extender sus tentáculos al sudeste asiático.
En declaraciones durante una conferencia de los ministros de Defensa de la región, el ministro filipino Delfín Lorenzana dijo a la prensa que las operaciones de combate en Marawi llegaron a su fin luego de que las tropas recuperaran 42 cadáveres del último grupo de milicianos del llamado Grupo Maute.
"Esos eran los últimos luchadores de Maute, y fueron atrapados en un edificio, así que hubo un tiroteo y están terminados. No hay más milicianos en Marawi", dijo el ministro, una semana después de que el presidente Rodrigo Duterte proclamara la liberación de la ciudad en medio de los últimos enfrentamientos aislados.
"Tras 154 días de asedio (...), anuncio el fin de todas las operaciones de combate", agregó.
El portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla, dijo que La operación final fue difícil porque los yihadistas tenían una férrea defensa del edificio, con potentes armas.
