"Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida, la vida misma es todo un canto...", decía en una de sus canciones más cantadas por generaciones y generaciones de folcloristas, y una frase que hoy cobra una significación personalizada a su legado es en esta misma obra, "debe el canto ser luz sobre los campos, Iluminando siempre a los de abajo". Horacio Guarany seguirá iluminando a sus discípulos, al pueblo al que defendió desde su canto, a su país que en algún momento lo exilió pero que nunca dejó de defender.
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"Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida, la vida misma es todo un canto...", decía en una de sus canciones más cantadas por generaciones y generaciones de folcloristas, y una frase que hoy cobra una significación personalizada a su legado es en esta misma obra, "debe el canto ser luz sobre los campos, Iluminando siempre a los de abajo". Horacio Guarany seguirá iluminando a sus discípulos, al pueblo al que defendió desde su canto, a su país que en algún momento lo exilió pero que nunca dejó de defender.
El cantor, poeta, compositor, escritor, macanudo y generoso, falleció ayer a los 91 años, por un paro cardio respiratorio, y porque su salud estaba deteriorada. Nadie dudará que vivió con dicha, sabiduría, talento y popularidad. Fue maestro de grandes artistas que están vigentes hoy y se mostró siempre fiel a sus convicciones, aún alejándose de los escenarios que le pidieron algún cambio en su postura y su pensamiento.
Horacio Guarany no se calló, sino que el camino transitado hace que su recuerdo, su voz, y su reconocimiento resurjan a partir de su muerte desde su gloria, esa que logran quienes escriben, cantan y viven comprometidos con su mensaje y la gente.
Su carrera se vio engalanada por la grabación de 57 discos e innumerables actuaciones en festivales con éxito inusitado.
Su salud
Hace poco menos de un año el manager y representante del cantor y escritor revelaba que Guarany padecía una insuficiencia cardíaca crónica.
"No está para trabajar todavía, por eso tuvimos que suspender el Festival del Pescador y Jesús María, y a fin de mes tiene un control en la Fundación Favaloro", dijo su manager Rubén López, en enero pasado.
Ayer, finalmente le tocó anunciar su deceso a través de las redes sociales. "Con profundo dolor tengo que confirmar que nuestro maestro ha partido a otros festivales celestiales. Gracias Guara por todo", escribió.
En septiembre de 2015, el cantor fue internado de urgencia en la Fundación Favaloro luego de una descompensación provocada por una insuficiencia cardíaca.
"Horacio es una persona de 90 años muy exigentemente vividos y solamente tener esa edad hace que se extremen las medidas para que los médicos trabajen con tranquilidad y sabiduría", había explicado López en aquel entonces.
Su vida
Horacio Guarany nació el 15 de mayo de 1925 en Las Garzas, provincia de Santa Fe, con el nombre de Eraclio Catalín Rodríguez.
A los 17 años se estableció en Buenos Aires con el proyecto de triunfar como cantante.
Al inicio de su carrera interpretó folclore, pero también tangos y boleros, mientras se ganaba la vida como estibador en el puerto.
Su padre, Jorge Rodríguez, era un indígena correntino, y su madre, Feliciana Cereijo de Rodríguez, había nacido en León (España).
Su padre trabajaba como hachero de la empresa británica La Forestal cuando el 15 de mayo de 1925, cerca de Guasuncho o de Intillaco, en pleno monte del Chaco Austral, nació el antepenúltimo de 14 hermanos, Eraclio Catalín, aunque fue anotado en la cercana localidad de Las Garzas, y quien pasará su infancia en Alto Verde (distrito que actualmente forma parte de la ciudad de Santa Fe).
De niño gustaba de la música, del canto, y aprendió a guitarrear con el maestro Santiago Aicardi. En 1943 viajó a Buenos Aires a intentar con el canto. Vivió en una pensión, y cantaba en el Barrio de la Boca, en el boliche La Rueda, sobreviviendo. Trabajó luego embarcado de cocinero, y también como foguista.
Se inició con la Orquesta de Herminio Giménez, cantando música paraguaya y en idioma guaraní. En 1957 debutó en Radio Belgrano de Buenos Aires, consiguiendo que su interpretación de "El mensú" (de los hermanos Ramón Ayala y Vicente Cidade), se difundiera en las estaciones de radio.
Fue pionero del Festival Nacional de Cosquín en 1961, y fue un clásico, año tras año con conocidas composiciones como "Guitarra de medianoche", "Milonga para mi perro", "La guerrillera", "No sé por qué piensas tú", "Regalito" o "Si se calla el cantor".
Muchas de sus célebres composiciones musicales acompañaron las letras del gran poeta tucumano Juan Eduardo Piatelli, canciones como "Canción del perdón" o "No quisiera quererte", entre tantas otras.
En 1987 actuó en la Fiesta Nacional de la Tradición Frente al Mar en Miramar (provincia de Buenos Aires).
En 1989 adquirió una finca en Luján, llamada Plumas Verdes, según explicación del propio artista en su libro de memorias (Memorias del cantor), llamada así porque queda "en el regocijo del loro", con mucha arboleda añosa, y frutales.
Siguió con su arte y oficio de cantar y de escribir hasta poco antes de su muerte, aunque el 24 de octubre de 2009 hizo su último recital en el Luna Park, despidiéndose de aquel local que lo viera más de 20 veces lleno en su carrera. En febrero de 2012 realiza una cuatrilogía contando su vida en forma musical en el Teatro ND Ateneo de Bs As, con 4 conciertos.
En 2007 filma "El grito en la sangre", dirigido por Fernando Musa y actuando junto a Abel Ayala, Florencia Otero y Roberto Vallejos. La película está basada en la novela "Sapucay", del propio Guarany.
Premios recibidos
En 2013 recibió un premio del Congreso de la Nación Argentina, y el en 2014 el Premio Konex a la trayectoria.
En 2015 vuelve a cantar en el festival de doma y folclore de Jesús María, Córdoba.
Con 89 años realizó la presentación en el festival invitando al Chaqueño Palavecino a cantar con él.
A finales de ese año se publica "Horacio Guarany, toda una vida", una extensa y documentada biografía del cantor escrita por Roy Stahli.