El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, dijo que la decisión de la Corte Suprema de suspender su mandato es una "represalia" por el proceso de juicio político que puso en marcha contra la presidenta Dilma Rousseff.
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El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, dijo que la decisión de la Corte Suprema de suspender su mandato es una "represalia" por el proceso de juicio político que puso en marcha contra la presidenta Dilma Rousseff.
Cunha subrayó que la decisión unánime de la Corte merece ser respetada y cumplida, aunque volvió a rechazar los cargos de corrupción que se le endilgan.
Para Cunha, la "gran sentencia" será la que dará la semana próxima el plenario del Senado, que deberá decir si suspende por 180 días a Rousseff para someterla a un juicio político.
"Todo esto se va a comenzar a acabar la semana que viene, cuando Brasil se empieze a librarse de esta era" del Partido de los Trabajadores.
Dilma no renuncia
En un discurso al entregar viviendas construidas por cooperativas del movimientos de trabajadores sin techo, en el Palacio del Planalto, la jefa de Estado rechazó la hipótesis de su posible renuncia.
"Si yo renuncio, entierro la prueba viva de un golpe absolutamente sin base legal y que tiene como objetivo herir intereses y conquistas de los últimos 13 años", sostuvo la mandataria.
"Todos los beneficiarios de este proceso, que están usurpando el poder, lastimosamente el vicepresidente, son cómplices de un proceso extremadamente grave", agregó ante los movimientos sociales que la acompañaban y que gritaban "No al Golpe".
Rousseff prepara alojarse en una casa de Brasilia mientras se encuentre suspendida -cobrando la mitad de su salario- hasta que el Senado ofrezca el veredicto sobre su continuidad en el mandato, esta vez con una matemática más compleja, ya que se necesita 2/3 de los votos de la cámara de senadores para expulsarla de la presidencia.