Alemania planea expulsar este año al doble de solicitantes de asilo que en 2015, informó el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, quien precisó que el año pasado la cifra ascendió a casi 60 mil personas.
Altmier, encargado de coordinar la política de refugiados en Alemania, consideró que es "realista" duplicar las cifras luego de que en 2015 se deportara a 22 mil personas además de las 37 mil que decidieron regresar a sus países de manera voluntaria.
Según los últimos datos brindados por el Ejecutivo alemán, en 2015 entraron en el país cerca de 1 millón y medio de solicitantes de asilo y, aunque las cifras han bajado de forma drástica en las últimas semanas, en el primer trimestre de este año se estima que llegaron al país más de 173 mil peticionarios.
Además de la falta de documentación y la escasa colaboración de algunos países de origen, la legislación alemana prohíbe también repatriar a un extranjero si existe el riesgo de que sufra torturas al regresar a su país.
Según informó el Ministerio del Interior del estado de Sajonia, el viernes partió de Alemania el primer vuelo para repatriar a Túnez a 24 inmigrantes irregulares de este país norteafricano.
La cartera confía en poder realizar repatriaciones similares a Marruecos y Argelia, que este año han sido incluidos juntos a Túnez en la lista de países de origen considerados "seguros" para facilitar la tramitación de las solicitudes de asilo de sus nacionales y agilizar las expulsiones.
La lista de países considerados seguros por la Unión Europea (UE) ha generado controversias luego de que los Veintiocho y Turquía sellaran un acuerdo de devolución de refugiados que incluye en la lista a Ankara, pese a las denuncias de organizaciones humanitarias sobre la violencia que sufren los sirios en la frontera con dicho país.
En su habitual mensaje semanal, la canciller alemana, Angela Merkel, sostuvo que dicho acuerdo está basado en el respeto de las reglas del estado de derecho, por lo que se estudiará cada caso de forma individual antes de decidir la deportación de un refugiado.
El comentario de Merkel se da luego de las denuncias de las Ongs que han abandonado su trabajo en Grecia en rechazo al acuerdo y por la situación precaria de los campos de detención establecidos en el país para gestionar las devoluciones.
La canciller subraya que la primera tarea de los países que comparten el espacio Schengen es proteger sus fronteras exteriores para acabar con la actividad de las mafias que trafican con personas, y que de esta manera también se protegerá a los refugiados.
Sólo en este año han muerto en el Egeo 400 personas en manos de esos traficantes, y "por eso hemos firmado un acuerdo con Turquía", recalcó.
En la aplicación de ese acuerdo, añadió Merkel, no debe olvidarse el respeto a las reglas del estado de derecho, lo que significa que cada solicitante de asilo que llegue a Grecia tiene derecho a un proceso individual en el que se estudiará si procede su devolución a Turquía.
Luego de que los países de la ruta de los Balcanes decidieran cerrar sus fronteras, unos 50 mil refugiados y migrantes quedaron atrapados en Grecia.
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Alemania planea expulsar este año al doble de solicitantes de asilo que en 2015, informó el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, quien precisó que el año pasado la cifra ascendió a casi 60 mil personas.
Altmier, encargado de coordinar la política de refugiados en Alemania, consideró que es "realista" duplicar las cifras luego de que en 2015 se deportara a 22 mil personas además de las 37 mil que decidieron regresar a sus países de manera voluntaria.
Según los últimos datos brindados por el Ejecutivo alemán, en 2015 entraron en el país cerca de 1 millón y medio de solicitantes de asilo y, aunque las cifras han bajado de forma drástica en las últimas semanas, en el primer trimestre de este año se estima que llegaron al país más de 173 mil peticionarios.
Además de la falta de documentación y la escasa colaboración de algunos países de origen, la legislación alemana prohíbe también repatriar a un extranjero si existe el riesgo de que sufra torturas al regresar a su país.
Según informó el Ministerio del Interior del estado de Sajonia, el viernes partió de Alemania el primer vuelo para repatriar a Túnez a 24 inmigrantes irregulares de este país norteafricano.
La cartera confía en poder realizar repatriaciones similares a Marruecos y Argelia, que este año han sido incluidos juntos a Túnez en la lista de países de origen considerados "seguros" para facilitar la tramitación de las solicitudes de asilo de sus nacionales y agilizar las expulsiones.
La lista de países considerados seguros por la Unión Europea (UE) ha generado controversias luego de que los Veintiocho y Turquía sellaran un acuerdo de devolución de refugiados que incluye en la lista a Ankara, pese a las denuncias de organizaciones humanitarias sobre la violencia que sufren los sirios en la frontera con dicho país.
En su habitual mensaje semanal, la canciller alemana, Angela Merkel, sostuvo que dicho acuerdo está basado en el respeto de las reglas del estado de derecho, por lo que se estudiará cada caso de forma individual antes de decidir la deportación de un refugiado.
El comentario de Merkel se da luego de las denuncias de las Ongs que han abandonado su trabajo en Grecia en rechazo al acuerdo y por la situación precaria de los campos de detención establecidos en el país para gestionar las devoluciones.
La canciller subraya que la primera tarea de los países que comparten el espacio Schengen es proteger sus fronteras exteriores para acabar con la actividad de las mafias que trafican con personas, y que de esta manera también se protegerá a los refugiados.
Sólo en este año han muerto en el Egeo 400 personas en manos de esos traficantes, y "por eso hemos firmado un acuerdo con Turquía", recalcó.
En la aplicación de ese acuerdo, añadió Merkel, no debe olvidarse el respeto a las reglas del estado de derecho, lo que significa que cada solicitante de asilo que llegue a Grecia tiene derecho a un proceso individual en el que se estudiará si procede su devolución a Turquía.
Luego de que los países de la ruta de los Balcanes decidieran cerrar sus fronteras, unos 50 mil refugiados y migrantes quedaron atrapados en Grecia.
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