27 de Junio,  Jujuy, Argentina
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No cesa la guerra en Siria y la gente huye

Lunes, 08 de febrero de 2016 01:30
Tres días después de que el diálogo de paz sirio se suspendiera en Suiza, el conflicto en el terreno continuaba profundizándose y el costo humano sigue aumentando, por lo que el papa Francisco pidió a todas las partes involucradas que vuelvan a la mesa de negociación.
Los combates continuaron ayer en la provincia norteña de Alepo, luego que esta semana la violencia armada forzara a cientos de miles de civiles sirios a abandonar sus casas y su país, e intentar llegar hasta la frontera con Turquía para refugiarse en el país vecino.
Con cada combate y cada bombardeo, crece el número de personas que escapa a la frontera turca. Pero tras casi cinco años de fronteras abiertas para los refugiados, Turquía decidió ahora no permitir más el ingreso de sirios que escapan de la actual ofensiva del Ejército en Alepo.
Un vocero del gobierno provincial de Kilis, una de las zonas fronterizas turcas, informó ayer domingo a la agencia de noticias DPA que no permitirán el paso de refugiados sirios, sino que los ayudarán del otro lado de la frontera.
La agencia de coordinación de ayuda humanitaria de la ONU, la OCHA, confirmó esta noticia e informó a la prensa que los pasos fronterizos de esa región están cerrados.
Organizaciones de derechos humanos turcas estiman que alrededor de 50.000 refugiados sirios quedaron varados en la frontera y duermen a la intemperie, una situación dramática ya que la temperatura alcanza los -4 grados a la noche. La ONU, en tanto, habló de 30.000 personas bloqueadas en la región.
El enviado especial de la ONU para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, comenzó el primero de febrero una nueva ronda de negociaciones de paz en Suiza, con él como mediador entre el gobierno sirio de Bashar al Assad y una coalición de varias agrupaciones y milicias opositoras.
Pese a la expectativa creada alrededor del proceso de paz, el diálogo fue suspendido antes de dar sus primeros pasos concretos.
El jueves pasado, De Mistura anunció que las negociaciones fueron suspendidas hasta el próximo 25 de febrero, una señal que pareció ratificar el pesimismo de muchos que sostenían que poner fin a una guerra de casi cinco años y que ya mató a más de 260.000 personas era una tarea prácticamente imposible.
Desde entonces, la situación no hizo más que empeorar en Siria, por ejemplo en Alepo. Los combates en esta región norteña son un claro ejemplo de lo compleja que se ha vuelto la guerra en Siria.
Quién es quién en medio del caos
Actualmente el Ejército con apoyo terrestre de la milicia chiita libanesa Hizbulá y de la Guardia Revolucionaria iraní, y aéreo de Rusia, pelean contra milicias insurgentes islamistas, como el Frente al Nusra -la rama local de Al Qaeda, y otros grupos rebeldes como el Ejército Libre Sirio y los kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Estas dos últimas milicias opositoras sirias cuentan con el apoyo financiero, militar y logístico de Estados Unidos y sus potencias europeas aliadas.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, los enfrentamientos se concentran en los pueblos de Kafín, Ratián y Baianon, en la periferia norte de la ciudad de Alepo.
Además, la guerra también se profundiza alrededor de la capital del devastado país, Damasco.
El Observatorio también informó ayer que al menos 35 soldados y milicianos aliados murieron en una emboscada del grupo islamista Ejército del Islam en la zona de Tel Suan, en las afueras de Damasco.
Tel Suan se encuentra entre las localidades de Adra y Duma, en la región de Guta Oriental, el principal feudo de la oposición en las afueras de Damasco, y particularmente en el bastión del Ejército del Islam, una milicia islamista que Washington y Bruselas intentan definir como "moderada", mientras Rusia y Al Assad la condenan como "terrorista".
Pese a las presiones de Moscú y Damasco, esta poderosa facción militar de la oposición siria fue invitada por la ONU a las negociaciones de paz en Suiza.

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Tres días después de que el diálogo de paz sirio se suspendiera en Suiza, el conflicto en el terreno continuaba profundizándose y el costo humano sigue aumentando, por lo que el papa Francisco pidió a todas las partes involucradas que vuelvan a la mesa de negociación.
Los combates continuaron ayer en la provincia norteña de Alepo, luego que esta semana la violencia armada forzara a cientos de miles de civiles sirios a abandonar sus casas y su país, e intentar llegar hasta la frontera con Turquía para refugiarse en el país vecino.
Con cada combate y cada bombardeo, crece el número de personas que escapa a la frontera turca. Pero tras casi cinco años de fronteras abiertas para los refugiados, Turquía decidió ahora no permitir más el ingreso de sirios que escapan de la actual ofensiva del Ejército en Alepo.
Un vocero del gobierno provincial de Kilis, una de las zonas fronterizas turcas, informó ayer domingo a la agencia de noticias DPA que no permitirán el paso de refugiados sirios, sino que los ayudarán del otro lado de la frontera.
La agencia de coordinación de ayuda humanitaria de la ONU, la OCHA, confirmó esta noticia e informó a la prensa que los pasos fronterizos de esa región están cerrados.
Organizaciones de derechos humanos turcas estiman que alrededor de 50.000 refugiados sirios quedaron varados en la frontera y duermen a la intemperie, una situación dramática ya que la temperatura alcanza los -4 grados a la noche. La ONU, en tanto, habló de 30.000 personas bloqueadas en la región.
El enviado especial de la ONU para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, comenzó el primero de febrero una nueva ronda de negociaciones de paz en Suiza, con él como mediador entre el gobierno sirio de Bashar al Assad y una coalición de varias agrupaciones y milicias opositoras.
Pese a la expectativa creada alrededor del proceso de paz, el diálogo fue suspendido antes de dar sus primeros pasos concretos.
El jueves pasado, De Mistura anunció que las negociaciones fueron suspendidas hasta el próximo 25 de febrero, una señal que pareció ratificar el pesimismo de muchos que sostenían que poner fin a una guerra de casi cinco años y que ya mató a más de 260.000 personas era una tarea prácticamente imposible.
Desde entonces, la situación no hizo más que empeorar en Siria, por ejemplo en Alepo. Los combates en esta región norteña son un claro ejemplo de lo compleja que se ha vuelto la guerra en Siria.
Quién es quién en medio del caos
Actualmente el Ejército con apoyo terrestre de la milicia chiita libanesa Hizbulá y de la Guardia Revolucionaria iraní, y aéreo de Rusia, pelean contra milicias insurgentes islamistas, como el Frente al Nusra -la rama local de Al Qaeda, y otros grupos rebeldes como el Ejército Libre Sirio y los kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Estas dos últimas milicias opositoras sirias cuentan con el apoyo financiero, militar y logístico de Estados Unidos y sus potencias europeas aliadas.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, los enfrentamientos se concentran en los pueblos de Kafín, Ratián y Baianon, en la periferia norte de la ciudad de Alepo.
Además, la guerra también se profundiza alrededor de la capital del devastado país, Damasco.
El Observatorio también informó ayer que al menos 35 soldados y milicianos aliados murieron en una emboscada del grupo islamista Ejército del Islam en la zona de Tel Suan, en las afueras de Damasco.
Tel Suan se encuentra entre las localidades de Adra y Duma, en la región de Guta Oriental, el principal feudo de la oposición en las afueras de Damasco, y particularmente en el bastión del Ejército del Islam, una milicia islamista que Washington y Bruselas intentan definir como "moderada", mientras Rusia y Al Assad la condenan como "terrorista".
Pese a las presiones de Moscú y Damasco, esta poderosa facción militar de la oposición siria fue invitada por la ONU a las negociaciones de paz en Suiza.

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