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Ejecutan a 47 personas, entre ellas a un líder chiita

Domingo, 03 de enero de 2016 01:30
ARABIA SAUDITA / LA EJECUCIÓN DEL LÍDER CHIITA DESATÓ GRANDES PROTESTAS. 
Arabia Saudita ejecutó el sábado a 47 personas condenadas por "terrorismo", entre ellas a yihadistas sunitas de Al Qaida y al líder religioso chiita Nimr Baqer al Nimr, una figura de la oposición al régimen.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, una potencia chiita cuyas relaciones con Arabia Saudita son tensas, prometió que Riad pagará "un precio elevado" por la muerte del Al Nimr.
El portavoz del ministerio del Interior saudita, Mansur Al Turki, calificó de "irresponsables" las declaraciones de Irán y dijo que su país "no se preocupa por lo que piensan los demás".
Por su parte Mohammed al Nimr, hermano del líder chiita, advirtió que la ejecución "provocará la ira de los jóvenes" de esta comunidad minoritaria en Arabia Saudita, un país dirigido por la dinastía sunita de los Al Saud.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, juró que Riad pagará "un precio elevado" por la muerte del Al Nimr.
"Habrá reacciones negativas en el interior del reino y en el extranjero, pero esperamos que sean pacíficas", declaró por teléfono a la prensa.
Los condenados -45 saudíes, un egipcio y un chadiano- fueron ejecutados en doce ciudades, precisó el ministerio del Interior en una declaración oficial. Los ejecutados suelen ser decapitados con un sable.
Según las autoridades, fueron condenados por diferentes delitos, en especial por haber abrazado a la ideología radical "takfiri" (término generalmente utilizado para designar a los grupos radicales sunitas), por haberse unido a "organizaciones terroristas" y por haber realizado "complots criminales".
Nimr al Baqer Nimr, de 56 años, crítico feroz de la dinastía Al Saud, fue el líder de un movimiento de protesta que estalló en 2011 en el este del país, donde vive la mayor parte de la minoría chiita, una comunidad que se siente marginada.
El jefe religioso fue condenado a muerte en octubre de 2014 por "sedición", "desobediencia al soberano" y "tenencia de armas" por un tribunal de Riad especializado en casos de terrorismo.
La Unión Europea (UE) expresó este sábado sus inquietudes por la ejecución. "El caso específico del jeque Nimr al Nimr levanta serias inquietudes sobre la libertad de expresión y los derechos civiles y políticos de base, que deben ser respetados en todos los casos, inclusive en la lucha contra el terrorismo", declaró la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini.
"Va a correr sangre"
Entre las personas decapitadas se encuentran yihadistas sunitas condenados por su implicación en atentados en 2003 y 2004, reivindicados por Al Qaida.
En 2011, las autoridades del país establecieron tribunales especiales para juzgar a decenas de sauditas y extranjeros acusados de pertenecer a Al Qaida y de haber participado en una ola de sangrientos atentados (más de 150 muertos) entre 2003 y 2006.
El 1 de diciembre, la rama de Al Qaida en Yemen amenazó con hacer "correr la sangre" si las autoridades sauditas decidían ejecutar a los yihadistas detenidos.
Se trata de las primeras ejecuciones del año 2016 en este país ultraconservador, que el año pasado ajustició a 153 personas, (87 en 2014, según recuento de la prensa basado en cifras oficiales).
El "terrorismo", el asesinato, la violación, el robo a mano armada, la apostasía y el tráfico de drogas son susceptibles de la pena capital en Arabia Saudita, un país regido por una versión rigorista de la sharia (ley islámica).
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Arabia Saudita ejecutó el sábado a 47 personas condenadas por "terrorismo", entre ellas a yihadistas sunitas de Al Qaida y al líder religioso chiita Nimr Baqer al Nimr, una figura de la oposición al régimen.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, una potencia chiita cuyas relaciones con Arabia Saudita son tensas, prometió que Riad pagará "un precio elevado" por la muerte del Al Nimr.
El portavoz del ministerio del Interior saudita, Mansur Al Turki, calificó de "irresponsables" las declaraciones de Irán y dijo que su país "no se preocupa por lo que piensan los demás".
Por su parte Mohammed al Nimr, hermano del líder chiita, advirtió que la ejecución "provocará la ira de los jóvenes" de esta comunidad minoritaria en Arabia Saudita, un país dirigido por la dinastía sunita de los Al Saud.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, juró que Riad pagará "un precio elevado" por la muerte del Al Nimr.
"Habrá reacciones negativas en el interior del reino y en el extranjero, pero esperamos que sean pacíficas", declaró por teléfono a la prensa.
Los condenados -45 saudíes, un egipcio y un chadiano- fueron ejecutados en doce ciudades, precisó el ministerio del Interior en una declaración oficial. Los ejecutados suelen ser decapitados con un sable.
Según las autoridades, fueron condenados por diferentes delitos, en especial por haber abrazado a la ideología radical "takfiri" (término generalmente utilizado para designar a los grupos radicales sunitas), por haberse unido a "organizaciones terroristas" y por haber realizado "complots criminales".
Nimr al Baqer Nimr, de 56 años, crítico feroz de la dinastía Al Saud, fue el líder de un movimiento de protesta que estalló en 2011 en el este del país, donde vive la mayor parte de la minoría chiita, una comunidad que se siente marginada.
El jefe religioso fue condenado a muerte en octubre de 2014 por "sedición", "desobediencia al soberano" y "tenencia de armas" por un tribunal de Riad especializado en casos de terrorismo.
La Unión Europea (UE) expresó este sábado sus inquietudes por la ejecución. "El caso específico del jeque Nimr al Nimr levanta serias inquietudes sobre la libertad de expresión y los derechos civiles y políticos de base, que deben ser respetados en todos los casos, inclusive en la lucha contra el terrorismo", declaró la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini.
"Va a correr sangre"
Entre las personas decapitadas se encuentran yihadistas sunitas condenados por su implicación en atentados en 2003 y 2004, reivindicados por Al Qaida.
En 2011, las autoridades del país establecieron tribunales especiales para juzgar a decenas de sauditas y extranjeros acusados de pertenecer a Al Qaida y de haber participado en una ola de sangrientos atentados (más de 150 muertos) entre 2003 y 2006.
El 1 de diciembre, la rama de Al Qaida en Yemen amenazó con hacer "correr la sangre" si las autoridades sauditas decidían ejecutar a los yihadistas detenidos.
Se trata de las primeras ejecuciones del año 2016 en este país ultraconservador, que el año pasado ajustició a 153 personas, (87 en 2014, según recuento de la prensa basado en cifras oficiales).
El "terrorismo", el asesinato, la violación, el robo a mano armada, la apostasía y el tráfico de drogas son susceptibles de la pena capital en Arabia Saudita, un país regido por una versión rigorista de la sharia (ley islámica).

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