Un policía santafesino asesinó a su esposa de dos disparos en la cabeza mientras ella dormía y se suicidó en el dormitorio de la casa que compartían en un barrio de la zona oeste de la ciudad de Rosario.
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Un policía santafesino asesinó a su esposa de dos disparos en la cabeza mientras ella dormía y se suicidó en el dormitorio de la casa que compartían en un barrio de la zona oeste de la ciudad de Rosario.
Los investigadores aseguraron que el hecho ocurrió ayer cerca de las 3 de la madrugada en una casa del barrio Belgrano, donde además se hallaban durmiendo los hijos del matrimonio, quienes aparentemente no escucharon nada y recién descubrieron lo que había pasado cuando se despertaron por la mañana.
Es más, los chicos fueron quienes al ver la escena de sus padres muertos llamaron al 911 y alertaron a la policía sobre lo que pasaba.
Según las fuentes, todo sucedió cuando Graciela Menna (49) descansaba en su dormitorio en la planta baja de la casa familiar, y fue atacada por su marido, el suboficial de la Policía Montada Pedro Díaz (50), quien tenía licencia médica y tramitaba su jubilación.
El fiscal Rafael Coria confirmó que se trató de un “femicidio y posterior suicidio” y que “la pareja atravesaba una profunda crisis y estaba a punto de separarse”.
“Los hijos de esta pareja confirman que entre sus padres había un conflicto y que estaba decidida la separación. Esa situación no se pudo resolver y este señor tomó esta decisión”, sostuvo el funcionario judicial.
“Los hijos que viven en la parte superior de la casa, tampoco escucharon nada. Ni gritos ni detonaciones. Cuando ellos bajaron a la mañana a desayunar, se encontraron con este panorama y fueron ellos mismos los que llamaron al 911”, dijo el fiscal.
Coria explicó que, de acuerdo a los primeros peritajes, el policía sorprendió a su mujer mientras estaba dormida.
“Le efectuó dos disparos en la cabeza y luego se pegó él un tiro en el cráneo”, precisó el fiscal, quien agregó que, según declararon los familiares, “no había antecedentes de violencia en la pareja”.
En el lugar del hecho, efectivos de la Policía de Investigaciones secuestró el arma reglamentaria del suboficial Díaz, que habría sido la utilizada para matar a su mujer y, luego, suicidarse.
El fiscal ordenó someter el arma a peritajes y realizar un estudio de dermotest en las manos del policía muerto, para certificar científicamente, como se supone, que fue él quien disparó.
