Presuntos integrantes de la Mara Salvatrucha, la principal y más violenta pandilla guatemalteca, tomaron el control de una cárcel de Guatemala reteniendo al director del penal y a varios guardias del Sistema Penitenciario.
Según el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Nery Ramos y Ramos, la información es escueta y por el momento se desconoce la cifra exacta de las personas que permanecen retenidas en la Cárcel de Fraijanes II, ubicada a unos 21 kilómetros de la capital.
En este centro penitenciario están recluidos unos 70 presos de la Mara Salvatrucha, considerados como muy peligrosos por las autoridades.
Aunque oficialmente, al cierre de esta edición, no se sabía cuántas personas permanecían retenidas, fuentes estimaron que entre 21 y 23 personas están capturadas.
Las fuerzas de seguridad, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y también del Ejército, se encontraban a las afueras de la cárcel a la espera de que se alcance una negociación con los reclusos y que no se produzca ninguna fuga.
Según trascendió, los pandilleros denuncian que los guardias de la prisión no les permiten tener material de serigrafía.
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Presuntos integrantes de la Mara Salvatrucha, la principal y más violenta pandilla guatemalteca, tomaron el control de una cárcel de Guatemala reteniendo al director del penal y a varios guardias del Sistema Penitenciario.
Según el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Nery Ramos y Ramos, la información es escueta y por el momento se desconoce la cifra exacta de las personas que permanecen retenidas en la Cárcel de Fraijanes II, ubicada a unos 21 kilómetros de la capital.
En este centro penitenciario están recluidos unos 70 presos de la Mara Salvatrucha, considerados como muy peligrosos por las autoridades.
Aunque oficialmente, al cierre de esta edición, no se sabía cuántas personas permanecían retenidas, fuentes estimaron que entre 21 y 23 personas están capturadas.
Las fuerzas de seguridad, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y también del Ejército, se encontraban a las afueras de la cárcel a la espera de que se alcance una negociación con los reclusos y que no se produzca ninguna fuga.
Según trascendió, los pandilleros denuncian que los guardias de la prisión no les permiten tener material de serigrafía.
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