Gimnasia no puede parar su caída libre. Ayer, en San Francisco, Córdoba, cayó dos a cero a manos de Sportivo Belgrano, que sueña con salvarse del descenso. El conjunto "albiceleste" lleva ocho fechas sin festejos y cada vez está más lejos de los puestos de ascenso. Enorme preocupación de cara al futuro.
El equipo dirigido por Gabriel Schürrer sigue sin poder enderezar su fortuna en la temporada y se aleja de los de arriba.
En el primer tiempo, el "lobo" fue inteligente. Porque sabiendo de las necesidades y urgencias del local, que marcha último en la tabla, presionó en el sector central, no dejando que los habilidosos se juntaran nunca. De esta manera, los puntas Diego García y Aróstegui quedaron aislados arriba.
Además la ansiedad de los hinchas también comenzó a influir negativamente y no se pudo contabilizar dos pases seguidos. Parecía que la pelota quemaba en los pies.
El equipo jujeño no pasó mayores sobresaltos en defensa y a la hora de generar fútbol intentó asociarse, siendo algo positivo. Eso sí, la chance más clara fue un cabezazo de Aróstegui que de milagro no terminó en el fondo de las mallas. El goleador no tuvo marcas en el área tras un centro de Diego García y llamó la atención un descuido de esta naturaleza con el mejor hombre del local. Un rato más tarde Céliz, tras una guapeada de Bueno, probó con poca fortuna ingresando al área y el juvenil Morales armó un jugadón desparramando rivales, pero su disparo se fue a las nubes.
Pero todo lo bueno de la etapa inicial se diluyó en dos jugadas. Y en ambas se equivocó la defensa. En la primera todos se durmieron después de un centro alto, Aróstegui dominó la pelota, eludió a Cavallotti y abrió la cuenta. Increíble. Peor fue lo sucedido en la acción siguiente, cuando Domínguez se dejó anticipar por Diego García, quien fusiló al "Uno" visitante.
La situación se terminó de empeorar a los 20 minutos del complemento. El árbitro Guillermo González cobró penal por mano de Medina en el área y lo expulsó también, pero Cavallotti pateó "anunciada" la pena máxima, luciéndose Galanternik.
En ese preciso momento se acabó el partido para la visita. Y aunque estuvo con un hombre de más, fue un manejo de nervios que no supo qué con la pelota y los espacios. La expulsión de Solís fue sinónimo de impotencia pura; mientras que el descuento de Céliz trajo dramatismo al final, pero nada más. Gimnasia perdió y se fue cabizbajo de Córdoba porque a pesar de los cambios tácticos que realizó Gabriel Schürrer no encuentra el rumbo ni recuperó la memoria.
Impresentable el escenario
Aunque no llovió el sábado ni el domingo, las intensas precipitaciones dejaron su huella en San Francisco. Al ingreso de la ciudad, los campos están totalmente anegados de un lado y otro de la vera de la ruta. Los pobres vacas se ubican lejos del agua, pero seguro en algún momento irán en busca de comida. También el campo de juego del estadio de Sportivo Belgrano sufrió las inclemencias del tiempo. El piso quedó irregular y los pozos fueron cubiertos con arena, creciendo el césped de color amarillo. Una lástima porque su terreno es uno de los mejores de la divisional. Ayer estuvo impresentable y no apto para el desarrollo de un espectáculo deportivo, como el que quisieron proponer tanto Gimnasia como el local Sportivo Belgrano que salió del fondo de las posiciones con los tres puntos que obtuvo y que fue largamente celebrado por sus hinchas.
Gimnasia no puede parar su caída libre. Ayer, en San Francisco, Córdoba, cayó dos a cero a manos de Sportivo Belgrano, que sueña con salvarse del descenso. El conjunto "albiceleste" lleva ocho fechas sin festejos y cada vez está más lejos de los puestos de ascenso. Enorme preocupación de cara al futuro.
El equipo dirigido por Gabriel Schürrer sigue sin poder enderezar su fortuna en la temporada y se aleja de los de arriba.
En el primer tiempo, el "lobo" fue inteligente. Porque sabiendo de las necesidades y urgencias del local, que marcha último en la tabla, presionó en el sector central, no dejando que los habilidosos se juntaran nunca. De esta manera, los puntas Diego García y Aróstegui quedaron aislados arriba.
Además la ansiedad de los hinchas también comenzó a influir negativamente y no se pudo contabilizar dos pases seguidos. Parecía que la pelota quemaba en los pies.
El equipo jujeño no pasó mayores sobresaltos en defensa y a la hora de generar fútbol intentó asociarse, siendo algo positivo. Eso sí, la chance más clara fue un cabezazo de Aróstegui que de milagro no terminó en el fondo de las mallas. El goleador no tuvo marcas en el área tras un centro de Diego García y llamó la atención un descuido de esta naturaleza con el mejor hombre del local. Un rato más tarde Céliz, tras una guapeada de Bueno, probó con poca fortuna ingresando al área y el juvenil Morales armó un jugadón desparramando rivales, pero su disparo se fue a las nubes.
Pero todo lo bueno de la etapa inicial se diluyó en dos jugadas. Y en ambas se equivocó la defensa. En la primera todos se durmieron después de un centro alto, Aróstegui dominó la pelota, eludió a Cavallotti y abrió la cuenta. Increíble. Peor fue lo sucedido en la acción siguiente, cuando Domínguez se dejó anticipar por Diego García, quien fusiló al "Uno" visitante.
La situación se terminó de empeorar a los 20 minutos del complemento. El árbitro Guillermo González cobró penal por mano de Medina en el área y lo expulsó también, pero Cavallotti pateó "anunciada" la pena máxima, luciéndose Galanternik.
En ese preciso momento se acabó el partido para la visita. Y aunque estuvo con un hombre de más, fue un manejo de nervios que no supo qué con la pelota y los espacios. La expulsión de Solís fue sinónimo de impotencia pura; mientras que el descuento de Céliz trajo dramatismo al final, pero nada más. Gimnasia perdió y se fue cabizbajo de Córdoba porque a pesar de los cambios tácticos que realizó Gabriel Schürrer no encuentra el rumbo ni recuperó la memoria.
Impresentable el escenario
Aunque no llovió el sábado ni el domingo, las intensas precipitaciones dejaron su huella en San Francisco. Al ingreso de la ciudad, los campos están totalmente anegados de un lado y otro de la vera de la ruta. Los pobres vacas se ubican lejos del agua, pero seguro en algún momento irán en busca de comida. También el campo de juego del estadio de Sportivo Belgrano sufrió las inclemencias del tiempo. El piso quedó irregular y los pozos fueron cubiertos con arena, creciendo el césped de color amarillo. Una lástima porque su terreno es uno de los mejores de la divisional. Ayer estuvo impresentable y no apto para el desarrollo de un espectáculo deportivo, como el que quisieron proponer tanto Gimnasia como el local Sportivo Belgrano que salió del fondo de las posiciones con los tres puntos que obtuvo y que fue largamente celebrado por sus hinchas.