Hay gente que se juega la vida en pos de un desafío. ¿Está bien? Es su vida, y es su riesgo. Pero cuando lo logran uno no puede evitar celebrar su triunfo, porque está basado en un objetivo planteado y bien llevado a cabo. Uli Emanuele es uno de esos hombres, un atrevido que saltó de una montaña y voló a través de un hoyo de dos metros de ancho entre dos peñascos montañosos. Sí, solo dos metros de ancho.
En la región de Lauterbrunnen, Suiza, Emanuele se lanzó hacia el vacío y voló. Con todo que perder, el atleta del aire voló como nadie. Eso sí: practicó más de un año para llevar a cabo el desafío. El italiano se define a sí mismo como “piloto de salto con wingsuit, focalizado en lugares nunca antes saltados, que busca nuevos terrenos para volar”. Pero, modesto, confesó: “Ese es el agujero más pequeño a través del cual he volado”. El video de su vuelo es a esta altura todo un éxito, visto por millones de personas, que aparentemente han disfrutado del peligro de este aventurero saltarín.
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Hay gente que se juega la vida en pos de un desafío. ¿Está bien? Es su vida, y es su riesgo. Pero cuando lo logran uno no puede evitar celebrar su triunfo, porque está basado en un objetivo planteado y bien llevado a cabo. Uli Emanuele es uno de esos hombres, un atrevido que saltó de una montaña y voló a través de un hoyo de dos metros de ancho entre dos peñascos montañosos. Sí, solo dos metros de ancho.
En la región de Lauterbrunnen, Suiza, Emanuele se lanzó hacia el vacío y voló. Con todo que perder, el atleta del aire voló como nadie. Eso sí: practicó más de un año para llevar a cabo el desafío. El italiano se define a sí mismo como “piloto de salto con wingsuit, focalizado en lugares nunca antes saltados, que busca nuevos terrenos para volar”. Pero, modesto, confesó: “Ese es el agujero más pequeño a través del cual he volado”. El video de su vuelo es a esta altura todo un éxito, visto por millones de personas, que aparentemente han disfrutado del peligro de este aventurero saltarín.
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