26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Ejercer el periodismo, un aprendizaje continuo | Día del periodista, actividad periodística, El Tribuno de Jujuy, periodismo

Domingo, 07 de junio de 2015 00:00

En esta fecha tan significativa es a veces complicado sintetizar la importancia de la actividad periodística para quien la ejerce. Más allá de las generalizaciones de quienes la identifican sólo con la audiovisual, la que se lleva adelante detrás del teclado es tan valorable como las otras y llegar a ello es un honor y a la vez una disciplina de aprendizaje constante.

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En esta fecha tan significativa es a veces complicado sintetizar la importancia de la actividad periodística para quien la ejerce. Más allá de las generalizaciones de quienes la identifican sólo con la audiovisual, la que se lleva adelante detrás del teclado es tan valorable como las otras y llegar a ello es un honor y a la vez una disciplina de aprendizaje constante.

Parece trillado el argumento pero llegar a escribir para el lector de un diario como El Tribuno de Jujuy significa mucho para quien escribe porque requiere dedicación, amor por la profesión, honestidad, y entrega a veces invisible para quienes no conocen la actividad o la denostan.

Más allá de las renuncias cotidianas de tiempo, domingos y días festivos, llegar al periodismo fue encontrar "el lugar". En mi caso se dio luego de una formación universitaria, que sirvió para un enriquecimiento personal de las múltiples disciplinas humanísticas que se crean o no, sirven para entender y apreciar la importancia de algunas temáticas a la hora de escribir sobre ellas.

La práctica permitió explorar y difundir temáticas que van más allá de lo inmediato, apelando siempre a la curiosidad, a las ganas de aprender y compartirlo con los lectores, analizando las diversas facetas de un mismo tema.

Las primeras experiencias generaron cierta fascinación al conocer los entretelones de actividades, y fueron un gran motor de impulso para canalizarla, y encontrar la manera de hacer atractiva la información al lector sin caer en el amarillismo. Sucedió al presenciar un juicio, percibir la energía, las emociones de familiares o víctimas, la rigurosidad del sistema, la justicia ejercida o la falta de ella, y pasar a otros ámbitos del sector productivo, presenciar los procesos desde su origen, fueron enriquecedoras.

Pero también toparse con la realidad, las injusticias diarias, la desigualdad, las pequeñas historias de la gente ante cuyo dolor o carencia nunca se logra ser indiferente, fue enriquecedor también, y resultó una satisfacción cada vez que una nota logró ayudar, o acercar una asistencia.

Conocer la gente que perdió sus hijos en una crecida, una familia que veló a su pequeño víctima de rabia, otras desbordadas por inundaciones, o innumerables problemas cotidianos que afectaban a otras con diversidad de carencias, fueron algunos casos.

Y en otros temas, en viajes o visita a campo, conocer los procesos y la trastienda, sirvieron para conocer y explorar más aristas fuera de las de la agenda inmediata, tratando de enriquecerlos, de llegar con lo útil, de aportar al conocimiento de lo local y de las oportunidades en torno a ello. En todo la idea siempre fue tratar de reflejarlos de manera clara, sencilla, pensando en el lector que desconoce el tema, y la respuesta no se hizo esperar generando una satisfacción por el interés logrado.

La actividad se convirtió en parte de la vida, permitió conocer periodistas antiguos y contemporáneos, aprender de los primeros reservándonos los bueno y dejando de lado lo malo; cultivar redes de contactos; y capitalizar la práctica diaria.

Escribir en primera persona para contarlo no fue sencillo cuando a diario ejercemos sin buscar protagonismo ni reconocimiento, sino buscando que el producto sirva, aporte y sea enriquecedor para quien lo recibe.

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