PERICO (Corresponsal). Hace dieciséis años un grupo de padres se reunía para conformar la Asociación Periqueña de Ciegos y Ambliopes (Apaca), en la búsqueda de espacios de contención y atención en cuanto a la salud y educación.
En ese entonces, se pedía la atención de niños y jóvenes de Perico con problemas de visión, y en la actualidad, son ellos mismos, ahora jóvenes pujantes, los que llevan las riendas de la institución.
El 24 de mayo de 1999 se fundaba Apaca, conformada por un grupo de padres encabezados por Noemí Fabián de Alsogaray, en la búsqueda de atención para sus niños que tenían problemas de visión por diversas patologías.
Los primeros años fueron de lucha constantes, de tocar puertas en distintos entes gubernamentales para que se los tenga en cuenta, con proyectos a largo plazo, como tener un espacio físico propio en donde se puedan tener las múltiples actividades.
Se firmaron convenios con distintas instituciones del medio para poder contar con la educación correspondiente, acudiendo a distintos establecimientos adonde los recibían, lograron instalar bibliotecas parlantes, capacitaciones en sistema Braille.
Con el tiempo, la comunidad se fue acercando, la institución profundizó sus raíces en la sociedad y ya no fueron vistos con rareza y hasta recibieron apoyo en cuanto a los reclamos, que todavía existen, por las barreras arquitectónicas en edificios públicos y obstáculos en las veredas, impidiendo el normal acceso y circulación de los no videntes.
Este año, con la presidencia de Ernesto Zumbaino y la vicepresidencia de Luis Alsogaray, los objetivos se amplían, especialmente en la búsqueda de una salida laboral, pidiendo que se respeten leyes y convenios en donde se estipula un porcentaje de personas no videntes en distintos puestos de trabajo.
Sigue el pedido de un espacio físico, seguirán en el intento para lograr el diseño de un edificio de acuerdo a las necesidades, porque nadie mejor que ellos saben lo que se debería instalar.
Los padres, ahora, son un apoyo logístico, porque confían en sus hijos, en este grupo de jóvenes que sigue el trabajo en la búsqueda de hacer respetar sus derechos y que la sociedad siga acompañando como hasta ahora. Días atrás se reunieron en la Cooperativa Telefónica para realizar una charla.
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PERICO (Corresponsal). Hace dieciséis años un grupo de padres se reunía para conformar la Asociación Periqueña de Ciegos y Ambliopes (Apaca), en la búsqueda de espacios de contención y atención en cuanto a la salud y educación.
En ese entonces, se pedía la atención de niños y jóvenes de Perico con problemas de visión, y en la actualidad, son ellos mismos, ahora jóvenes pujantes, los que llevan las riendas de la institución.
El 24 de mayo de 1999 se fundaba Apaca, conformada por un grupo de padres encabezados por Noemí Fabián de Alsogaray, en la búsqueda de atención para sus niños que tenían problemas de visión por diversas patologías.
Los primeros años fueron de lucha constantes, de tocar puertas en distintos entes gubernamentales para que se los tenga en cuenta, con proyectos a largo plazo, como tener un espacio físico propio en donde se puedan tener las múltiples actividades.
Se firmaron convenios con distintas instituciones del medio para poder contar con la educación correspondiente, acudiendo a distintos establecimientos adonde los recibían, lograron instalar bibliotecas parlantes, capacitaciones en sistema Braille.
Con el tiempo, la comunidad se fue acercando, la institución profundizó sus raíces en la sociedad y ya no fueron vistos con rareza y hasta recibieron apoyo en cuanto a los reclamos, que todavía existen, por las barreras arquitectónicas en edificios públicos y obstáculos en las veredas, impidiendo el normal acceso y circulación de los no videntes.
Este año, con la presidencia de Ernesto Zumbaino y la vicepresidencia de Luis Alsogaray, los objetivos se amplían, especialmente en la búsqueda de una salida laboral, pidiendo que se respeten leyes y convenios en donde se estipula un porcentaje de personas no videntes en distintos puestos de trabajo.
Sigue el pedido de un espacio físico, seguirán en el intento para lograr el diseño de un edificio de acuerdo a las necesidades, porque nadie mejor que ellos saben lo que se debería instalar.
Los padres, ahora, son un apoyo logístico, porque confían en sus hijos, en este grupo de jóvenes que sigue el trabajo en la búsqueda de hacer respetar sus derechos y que la sociedad siga acompañando como hasta ahora. Días atrás se reunieron en la Cooperativa Telefónica para realizar una charla.
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