Así no se puede. Se permitió el ingreso de la parcialidad visitante y a lo largo de los noventa minutos provocaron desmanes.
¿Falló el operativo de seguridad? o directamente se deberá volver a prohibir el ingreso de la parcialidad visitante?
Ya en el primer tiempo a los 24 minutos el partido estuvo detenido porque las facciones de
Juventud Antoniana de Salta están divididas. La Policía reprimió para evitar que se crucen, ya que una facción se ubicó en la tribuna lateral y la otra detrás del arco que da hacia el barrio Canal de Beagle.
En el segundo tiempo, desde el costado cuando un jugador del elenco salteño iba a ejecutar un tiro libre, saltó desde el costado un simpatizante, levantó el balón y lo tiró hacia la tribuna.
Pero lo peor estuvo al final, ya que tras el cierre del encuentro, algunos inadaptados que llegaron desde Salta ingresaron al campo de juego. Casi agreden a Nicolás Aguirre y después intentaron sacarle la ropa a los jugadores del "santo". La policía tardó una eternidad en reaccionar porque desde la tribuna local ingresaron otros inadaptados para pelearse con los salteños. Para colmo, comenzaron a agredir a los jugadores y cuerpo técnico de Juventud Antoniana. Una vergüenza. El clásico merecía otro final, porque se esperaba que se pueda vivir una fiesta del fútbol en el estadio "Emilio Fabrizzi". Pero las "lacras" que dicen llamarse hinchas, se robaron el protagonismo. Deberá haber un serio replanteo. Hubo cuatro detenidos de la vecina provincia.
Fue un partido que acaparó la atención de propios y extraños, se vieron caras conocidas en las gradas como José Campi, exjugador del "santo" y actual DT de Universitarios, Luis Flores, otro entrenador de Atlético Talleres, allegados al "expreso" que llegaron desde Perico. Sucede que son partidos diferentes. Horacio
Zingariello, sancionado con una fecha, vivió el partido infiltrado desde el banco de suplentes, pero no se animó a dar indicaciones para evitar que lo sacara el árbitro.
Hubo un buen marco, desde Salta llegaron alrededor de 3 mil espectadores y por el lado del local entraron casi 4 mil personas. Sin dudas lo mejor para la dirigencia fue la recaudación que servirá para afrontar algunos gastos que se vienen como así también saldar la deuda que se tiene con el plantel.
Así no se puede. Se permitió el ingreso de la parcialidad visitante y a lo largo de los noventa minutos provocaron desmanes.
¿Falló el operativo de seguridad? o directamente se deberá volver a prohibir el ingreso de la parcialidad visitante?
Ya en el primer tiempo a los 24 minutos el partido estuvo detenido porque las facciones de
Juventud Antoniana de Salta están divididas. La Policía reprimió para evitar que se crucen, ya que una facción se ubicó en la tribuna lateral y la otra detrás del arco que da hacia el barrio Canal de Beagle.
En el segundo tiempo, desde el costado cuando un jugador del elenco salteño iba a ejecutar un tiro libre, saltó desde el costado un simpatizante, levantó el balón y lo tiró hacia la tribuna.
Pero lo peor estuvo al final, ya que tras el cierre del encuentro, algunos inadaptados que llegaron desde Salta ingresaron al campo de juego. Casi agreden a Nicolás Aguirre y después intentaron sacarle la ropa a los jugadores del "santo". La policía tardó una eternidad en reaccionar porque desde la tribuna local ingresaron otros inadaptados para pelearse con los salteños. Para colmo, comenzaron a agredir a los jugadores y cuerpo técnico de Juventud Antoniana. Una vergüenza. El clásico merecía otro final, porque se esperaba que se pueda vivir una fiesta del fútbol en el estadio "Emilio Fabrizzi". Pero las "lacras" que dicen llamarse hinchas, se robaron el protagonismo. Deberá haber un serio replanteo. Hubo cuatro detenidos de la vecina provincia.
Fue un partido que acaparó la atención de propios y extraños, se vieron caras conocidas en las gradas como José Campi, exjugador del "santo" y actual DT de Universitarios, Luis Flores, otro entrenador de Atlético Talleres, allegados al "expreso" que llegaron desde Perico. Sucede que son partidos diferentes. Horacio
Zingariello, sancionado con una fecha, vivió el partido infiltrado desde el banco de suplentes, pero no se animó a dar indicaciones para evitar que lo sacara el árbitro.
Hubo un buen marco, desde Salta llegaron alrededor de 3 mil espectadores y por el lado del local entraron casi 4 mil personas. Sin dudas lo mejor para la dirigencia fue la recaudación que servirá para afrontar algunos gastos que se vienen como así también saldar la deuda que se tiene con el plantel.