En realidad, el empate entre Gimnasia y Los Andes fue justo, porque en el primer tiempo el "lobo" estuvo más cerca y en el segundo, el único puntero de la B Nacional metió dos contragolpes que no terminaron en gol de milagro. Entonces, el cero a cero estuvo bien. La pregunta es por qué el hincha silbó al final. Porque quiere sentirse identificado con el equipo como en la temporada pasada, donde cada vez que salía a la cancha metía miedo y así transformó al estadio "23 de Agosto" en inexpugnable. Y también porque se ilusionó con llegar a la cima del torneo. Pablo Bueno fue determinante en los primeros 45 minutos. En el inicio armó una gran jugada individual desparramando rivales, asistió a Luis Peralta quien sacó un centro potente que Milton Céliz no pudo cabecear, sólo, en el área chica. Era el uno a cero.
Un rato más tarde, el "9" le ganó la posición al central rival Walter García, que lo derribó dentro del área. Penalazo que sólo el árbitro Mariano González no vio. En fin.
Después el trámite cayó en un pozo terrible. La pelota fue castiga de los dos lados. Lo que sí llamó la atención fue que el "milrrayitas" tuviese un planteo tan amarrete, prácticamente juntando las dos líneas de cuatro sin importarle el ataque. Ya sobre el cierre, otra vez Bueno entró en acción. Avanzó con pelota dominada por derecha y asistió a Ignacio Sanabria, improvisado carrilero izquierdo. "Nacho", a la carrera, conectó el balón, pero se fue apenas desviado. Más de un relator gritó el gol en las cabinas, ya que la pelota pegó con el costado de la red. Increíble.
En el descanso, Los Andes entendió que no podía seguir así. Que tenía que dejar atrás su actitud timorata para poder defender el liderazgo con éxito. Pero insinuó más de lo que concretó. Gimnasia perdió el rumbo y volvió a tirar pelotazos para buscar a sus delanteros. Allí Walter García se lució.
A diferencia del primer tiempo, el volante visitante Juan Manuel Olivares se encargó de comandar algunos avances y hubo de qué preocuparse.
Sin embargo, la chance más clara fue tras un error defensivo cuando Vera "fusiló" a Maximiliano Cavallotti. Y al final del encuentro, Olivares envió un centro pasado y nuevamente apareció Vera, pero cabeceó desviado, desperdiciando una gran oportunidad. El "lobo" empató y no pudo treparse a la punta.
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En realidad, el empate entre Gimnasia y Los Andes fue justo, porque en el primer tiempo el "lobo" estuvo más cerca y en el segundo, el único puntero de la B Nacional metió dos contragolpes que no terminaron en gol de milagro. Entonces, el cero a cero estuvo bien. La pregunta es por qué el hincha silbó al final. Porque quiere sentirse identificado con el equipo como en la temporada pasada, donde cada vez que salía a la cancha metía miedo y así transformó al estadio "23 de Agosto" en inexpugnable. Y también porque se ilusionó con llegar a la cima del torneo. Pablo Bueno fue determinante en los primeros 45 minutos. En el inicio armó una gran jugada individual desparramando rivales, asistió a Luis Peralta quien sacó un centro potente que Milton Céliz no pudo cabecear, sólo, en el área chica. Era el uno a cero.
Un rato más tarde, el "9" le ganó la posición al central rival Walter García, que lo derribó dentro del área. Penalazo que sólo el árbitro Mariano González no vio. En fin.
Después el trámite cayó en un pozo terrible. La pelota fue castiga de los dos lados. Lo que sí llamó la atención fue que el "milrrayitas" tuviese un planteo tan amarrete, prácticamente juntando las dos líneas de cuatro sin importarle el ataque. Ya sobre el cierre, otra vez Bueno entró en acción. Avanzó con pelota dominada por derecha y asistió a Ignacio Sanabria, improvisado carrilero izquierdo. "Nacho", a la carrera, conectó el balón, pero se fue apenas desviado. Más de un relator gritó el gol en las cabinas, ya que la pelota pegó con el costado de la red. Increíble.
En el descanso, Los Andes entendió que no podía seguir así. Que tenía que dejar atrás su actitud timorata para poder defender el liderazgo con éxito. Pero insinuó más de lo que concretó. Gimnasia perdió el rumbo y volvió a tirar pelotazos para buscar a sus delanteros. Allí Walter García se lució.
A diferencia del primer tiempo, el volante visitante Juan Manuel Olivares se encargó de comandar algunos avances y hubo de qué preocuparse.
Sin embargo, la chance más clara fue tras un error defensivo cuando Vera "fusiló" a Maximiliano Cavallotti. Y al final del encuentro, Olivares envió un centro pasado y nuevamente apareció Vera, pero cabeceó desviado, desperdiciando una gran oportunidad. El "lobo" empató y no pudo treparse a la punta.
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