Cuatro personas, que podrían convertirse en testigos para acreditar que el fiscal Alberto
Nisman estaba vivo el sábado 18 de enero en torno a las 20 horas, todavía no fueron convocadas para declarar en la investigación que lleva la fiscal
Viviana Fein.
El empleado informático
Diego Lagomarsino dijo haber compartido un descenso en el elevador después de haberse despedido de Nisman ese sábado cuando, supuestamente, había concurrido a pedido del fiscal a "prestarle" el arma que acabó con su vida.
Lagomarsino describió que siempre salía del departamento de Nisman por la puerta de servicio, pero que aquella tarde lo hizo por el acceso principal y apenas tuvo tiempo de despedirse del fiscal porque justo cuando salía, llegaba el ascensor.
En el elevador había cuatro personas con las que viajó desde el decimotercer piso hasta la planta baja, según su relato.
Esas cuatro personas, presuntamente mujeres, no fueron aún llamadas a prestar declaración testimonial para interrogarlas sobre si existió esa situación que describió Lagomarsino, y en tal caso sí pudieron ver a Nisman cuando se despedía de su empleado. Tampoco prestó declaración todavía la empleada de la UFI Amia, Yamila De Priete, una joven de 26 años que se desempeñó como secretaria privada de Nisman.
Cuatro personas, que podrían convertirse en testigos para acreditar que el fiscal Alberto
Nisman estaba vivo el sábado 18 de enero en torno a las 20 horas, todavía no fueron convocadas para declarar en la investigación que lleva la fiscal
Viviana Fein.
El empleado informático
Diego Lagomarsino dijo haber compartido un descenso en el elevador después de haberse despedido de Nisman ese sábado cuando, supuestamente, había concurrido a pedido del fiscal a "prestarle" el arma que acabó con su vida.
Lagomarsino describió que siempre salía del departamento de Nisman por la puerta de servicio, pero que aquella tarde lo hizo por el acceso principal y apenas tuvo tiempo de despedirse del fiscal porque justo cuando salía, llegaba el ascensor.
En el elevador había cuatro personas con las que viajó desde el decimotercer piso hasta la planta baja, según su relato.
Esas cuatro personas, presuntamente mujeres, no fueron aún llamadas a prestar declaración testimonial para interrogarlas sobre si existió esa situación que describió Lagomarsino, y en tal caso sí pudieron ver a Nisman cuando se despedía de su empleado. Tampoco prestó declaración todavía la empleada de la UFI Amia, Yamila De Priete, una joven de 26 años que se desempeñó como secretaria privada de Nisman.