A través de sus capillas, cuadros, ermitas y esculturas, Jujuy es un relato vivo de tradición religiosa y cultura ancestral. Por ello, para acompañar a los jujeños en las vísperas de Semana Santa, el Centro de Visitantes Ledesma decidió jerarquizar la obra de la única imaginera jujeña de la que se tiene registro actualmente, Sebastiana Cristina García, según expresa el conocimiento de la directora del centro de visitantes, Leonor Calvó.
El arte y la artista
Sebastiana Cristina García tiene 68 años, estudió bellas artes en su juventud y ejerció como docente. Dedicada al trabajo, el hogar y la familia a tiempo completo, se abocó a su propia producción en artes plásticas luego de jubilarse.
La inspiración para Cristina García llegó cuando vio la película "Hermógenes Cayo", un documental de 1969 que narra la vida de un artesano jujeño que hacía artesanías en madera. Ella misma lo cuenta: "Tras ver este documental, me fascinó como él tallaba el cardón. Con ese espíritu puro me sentí muy conmovida y comencé a trabajar. Así retomé lo que conocía sobre historia del arte mezclado con las historias que contaba mamá y los santos que veía en los misachicos".
Cristina García no tuvo moldes para copiar. Se basó en su instinto y su gusto por el arte mestizo. "Mis manos siempre trabajaron de acuerdo a lo que ellas sentían que estaba bien, por eso cada detalle es propio de los rasgos del Norte", comenta la imaginera. García tomó aquello que había aprendido en la escuela y comenzó a pintar, bordar, seleccionar mostacillas y a trabajar en muchas otras técnicas complementarias para su obra. "Me fui descubriendo a mí misma a medida que descubría cada pieza", apuntó.
En una búsqueda de libertad espiritual, Cristina García apoyó su trabajo en las imágenes de los ángeles y los santos, dándoles formas definidas. Su religiosidad no puede explicarse desde lo profundo, sino desde la realización concreta. "Mi punto de referencia religiosa fue mi madre, ella fue vendedora y sufrió mucho a lo largo de su vida, pero yo siempre la veía rezar y prenderle velitas a la Virgen", comenta García. Aclara que si bien nunca renegó de su creencia, sus obras son más bien un fin en sí mismo más que un canal para expresar una devoción particular.
Sebastiana Cristina García nació el 20 de enero de 1947. Realizó su primera formación artística en el taller libre de los Altos de la Escuela Belgrano en 1962, para luego ingresar la Escuela de Artes Plásticas de Jujuy. Tuvo como profesores a Nicasio Fernández Mar, Luís Pellegrini, Antonio Fernández Otero, Félix de Valois Leaños, Jorge Mendoza, Gustavo Lara, Juan Carlos Entrocassi y María Fassinato.
En 1967 obtuvo el título de Maestra de Dibujo. En el mismo año y después de haber cursado en paralelo Cerámica, recibió el título de Maestra Industrial de Cerámica, teniendo como docentes a Marcelo Bolivar y Takashi Takahashi.
Ejerció la docencia en la especialidad artística, en los niveles primario, secundario y magisterio. Su primera muestra individual la realizó en 1995, en la sala de Artes de la Biblioteca Popular de Jujuy.
A través de sus capillas, cuadros, ermitas y esculturas, Jujuy es un relato vivo de tradición religiosa y cultura ancestral. Por ello, para acompañar a los jujeños en las vísperas de Semana Santa, el Centro de Visitantes Ledesma decidió jerarquizar la obra de la única imaginera jujeña de la que se tiene registro actualmente, Sebastiana Cristina García, según expresa el conocimiento de la directora del centro de visitantes, Leonor Calvó.
El arte y la artista
Sebastiana Cristina García tiene 68 años, estudió bellas artes en su juventud y ejerció como docente. Dedicada al trabajo, el hogar y la familia a tiempo completo, se abocó a su propia producción en artes plásticas luego de jubilarse.
La inspiración para Cristina García llegó cuando vio la película "Hermógenes Cayo", un documental de 1969 que narra la vida de un artesano jujeño que hacía artesanías en madera. Ella misma lo cuenta: "Tras ver este documental, me fascinó como él tallaba el cardón. Con ese espíritu puro me sentí muy conmovida y comencé a trabajar. Así retomé lo que conocía sobre historia del arte mezclado con las historias que contaba mamá y los santos que veía en los misachicos".
Cristina García no tuvo moldes para copiar. Se basó en su instinto y su gusto por el arte mestizo. "Mis manos siempre trabajaron de acuerdo a lo que ellas sentían que estaba bien, por eso cada detalle es propio de los rasgos del Norte", comenta la imaginera. García tomó aquello que había aprendido en la escuela y comenzó a pintar, bordar, seleccionar mostacillas y a trabajar en muchas otras técnicas complementarias para su obra. "Me fui descubriendo a mí misma a medida que descubría cada pieza", apuntó.
En una búsqueda de libertad espiritual, Cristina García apoyó su trabajo en las imágenes de los ángeles y los santos, dándoles formas definidas. Su religiosidad no puede explicarse desde lo profundo, sino desde la realización concreta. "Mi punto de referencia religiosa fue mi madre, ella fue vendedora y sufrió mucho a lo largo de su vida, pero yo siempre la veía rezar y prenderle velitas a la Virgen", comenta García. Aclara que si bien nunca renegó de su creencia, sus obras son más bien un fin en sí mismo más que un canal para expresar una devoción particular.
Sebastiana Cristina García nació el 20 de enero de 1947. Realizó su primera formación artística en el taller libre de los Altos de la Escuela Belgrano en 1962, para luego ingresar la Escuela de Artes Plásticas de Jujuy. Tuvo como profesores a Nicasio Fernández Mar, Luís Pellegrini, Antonio Fernández Otero, Félix de Valois Leaños, Jorge Mendoza, Gustavo Lara, Juan Carlos Entrocassi y María Fassinato.
En 1967 obtuvo el título de Maestra de Dibujo. En el mismo año y después de haber cursado en paralelo Cerámica, recibió el título de Maestra Industrial de Cerámica, teniendo como docentes a Marcelo Bolivar y Takashi Takahashi.
Ejerció la docencia en la especialidad artística, en los niveles primario, secundario y magisterio. Su primera muestra individual la realizó en 1995, en la sala de Artes de la Biblioteca Popular de Jujuy.