"
La Unión" es una de las comparsas más prestigiosas de
Humahuaca. Su fundador fue Florentino Alvarez junto a su esposa Felisa de Alvarez, oriunda de La Quiaca, quien tuvo la idea de crear una asociación
carnavalera. Y a ellos se sumaron Jesús Alvarez y su esposa Amalia, Pedro Mamaní y su esposa y Basilio Alvarez. La bautizaron con el nombre de "La Unión" y su sede, por así llamarla, era la casa de Florentino que estaba en la calle Catamarca de la ciudad histórica.
Allí se reunían para cantar, bailar y partir a las distintas invitaciones. Por ese entonces todavía no tenían su carnavalito distintivo, ese que dice: "Para la Unión naciste y en este mundo palomitay".
Los integrantes de la comparsa transitaban las calles del pueblo entonando carnavalitos, que desgraciadamente ya no se cantan como "Así me dice mi corazón" y "Cinta celeste de a peso". Fue Felisa de Alvarez la que impulsó el carnavalito que hoy distingue a la comparsa de las demás agrupaciones carnavaleras.
Cuando murió Florentino, en un accidente ferroviario, su hermano Jesús se hizo cargo de la comparsa junto a su esposa Amalia. Por supuesto, en la residencia en la calle Corrientes, donde actualmente vive Carmela Vilte, se erigió el centro de las fiestas carnestolendas. Allí bailaban al compás del bandoneón de músicos como Beltrán Serrano y Daniel Vedia que tocó cuando apenas tenía 7 u 8 años de edad.
En este tiempo colaboraba activamente Basilio Alvarez y su esposa Inés Soruco, Guadencio Alvarez y esposa, Isidro Liquez y esposa, entre otros. Luego la comparsa estuvo a cargo de Pedro Cazón y su esposa Concepción Paredes. A esa altura se hacía necesario un espacio físico más grande para los festejos. Entonces, Pedro contrató para su primer periodo como presidente la casa de Garnica, en la calle Corrientes, y al año siguiente el salón que tenía la casa de Silva, también en la misma arteria. Esos carnavales estuvieron amenizados por músicos como el Ciego Baez y el Reno Serrano, que tocaban en los bailes de la noche. En el día estaban ayudados, por así decirlo, por los músicos populares, que tocaban por el placer de hacer divertir a la gente como Walter Saavedra, Victor Balcazar, Pulguita Guanuco y otros más. Al comenzar el baile Pedro y su mujer invitaban poniendo la mesa de los asistentes una jarra de chicha y otra de clericó. Era el tiempo también de las famosas invitaciones del matrimonio de Victor Bernedea y señora, Pedro Mamaní y su esposa Basilia, donde la comparsa permanecía todo el día prácticamente; pues se iba a la mañana y se salía a la oración. En don Bernedea era famoso el picante de pollo y la sopa de maní; mientras que en don Pedro el asado de cordero y el guacha locro.
Luego asumió Abraham Subelza y su esposa que realizaron el carnaval en el local alquilado por Patricio Lavandena, al lado del mercado municipal. Eran tiempos de gloria de la comparsa. Cómo olvidar a Silverio Alvarez y su esposa Marcia Cazón, Ines Alvarez, Manuela Serrano, Chiragua, Juanchichi, Chutuseca.
Posteriormente tomó la presidencia Valentín Cáceres y su esposa. Ellos improvisaron un pequeño local en la calle Buenos Aires. Los suceden Valentín, Gregorio Alvarez y esposa y luego Francisco Paliza. Es en este tiempo que la comparsa comienza a decaer y prácticamente desaparece del escenario carnavalero.
A mediados de la década del 1960, un grupo de jóvenes entre ellos Kilicho Fernández, Negro Herrera, Botuto Serrano, Oreja Cazón, Puchinchi y Tejerina, guiados por Amanda Tapia y su esposo Tomás Molina, y con la ayuda de algunas chicas como Julieta y Marisa Loayza, las hermanas Cazón, decidieron sacar la comparsa, improvisando un "salón" en la casa de la familia Herrera. Y fue allí donde se desarrollaron unos de los carnavales más alegres y puros. La orquesta estaba integrada por Patiruzu Balcazar, el bandoneón carnavalero por excelencia, acompañado de un bombo que tocaba algún entusiasta. Luego Tomás Molina trasladó los carnavales al salón de Taraschi Martinez. Actualmente la comparsa que ha vuelto a resurgir cuenta con la ayuda de Carmen Vilte, Elva Fernández y otros vecinos que tratan de mantener viva no sólo la tradición carnavalera en el pueblo, sino también el sueño de esos jóvenes del ayer que tenían una forma distinta de festejar el carnaval, donde el respeto iba de la mano de la alegría. No debe olvidarse a Dora Gomez y su marido Cacho Zamora.
Hoy, gran festejo
La comparsa celebrará hoy el Carnaval de Flores, para agradecer a las familias que invitaron a la agrupación este año y a la comisión saliente presidida por Carlos Condori y su esposa Nora Cruz. El encuentro tendrá lugar en el salón del comedor estudiantil, oportunidad en la que además de compartir un exquisito almuerzo, se elegirá a la comisión y padrinos del carnaval 2016.
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La Unión" es una de las comparsas más prestigiosas de
Humahuaca. Su fundador fue Florentino Alvarez junto a su esposa Felisa de Alvarez, oriunda de La Quiaca, quien tuvo la idea de crear una asociación
carnavalera. Y a ellos se sumaron Jesús Alvarez y su esposa Amalia, Pedro Mamaní y su esposa y Basilio Alvarez. La bautizaron con el nombre de "La Unión" y su sede, por así llamarla, era la casa de Florentino que estaba en la calle Catamarca de la ciudad histórica.
Allí se reunían para cantar, bailar y partir a las distintas invitaciones. Por ese entonces todavía no tenían su carnavalito distintivo, ese que dice: "Para la Unión naciste y en este mundo palomitay".
Los integrantes de la comparsa transitaban las calles del pueblo entonando carnavalitos, que desgraciadamente ya no se cantan como "Así me dice mi corazón" y "Cinta celeste de a peso". Fue Felisa de Alvarez la que impulsó el carnavalito que hoy distingue a la comparsa de las demás agrupaciones carnavaleras.
Cuando murió Florentino, en un accidente ferroviario, su hermano Jesús se hizo cargo de la comparsa junto a su esposa Amalia. Por supuesto, en la residencia en la calle Corrientes, donde actualmente vive Carmela Vilte, se erigió el centro de las fiestas carnestolendas. Allí bailaban al compás del bandoneón de músicos como Beltrán Serrano y Daniel Vedia que tocó cuando apenas tenía 7 u 8 años de edad.
En este tiempo colaboraba activamente Basilio Alvarez y su esposa Inés Soruco, Guadencio Alvarez y esposa, Isidro Liquez y esposa, entre otros. Luego la comparsa estuvo a cargo de Pedro Cazón y su esposa Concepción Paredes. A esa altura se hacía necesario un espacio físico más grande para los festejos. Entonces, Pedro contrató para su primer periodo como presidente la casa de Garnica, en la calle Corrientes, y al año siguiente el salón que tenía la casa de Silva, también en la misma arteria. Esos carnavales estuvieron amenizados por músicos como el Ciego Baez y el Reno Serrano, que tocaban en los bailes de la noche. En el día estaban ayudados, por así decirlo, por los músicos populares, que tocaban por el placer de hacer divertir a la gente como Walter Saavedra, Victor Balcazar, Pulguita Guanuco y otros más. Al comenzar el baile Pedro y su mujer invitaban poniendo la mesa de los asistentes una jarra de chicha y otra de clericó. Era el tiempo también de las famosas invitaciones del matrimonio de Victor Bernedea y señora, Pedro Mamaní y su esposa Basilia, donde la comparsa permanecía todo el día prácticamente; pues se iba a la mañana y se salía a la oración. En don Bernedea era famoso el picante de pollo y la sopa de maní; mientras que en don Pedro el asado de cordero y el guacha locro.
Luego asumió Abraham Subelza y su esposa que realizaron el carnaval en el local alquilado por Patricio Lavandena, al lado del mercado municipal. Eran tiempos de gloria de la comparsa. Cómo olvidar a Silverio Alvarez y su esposa Marcia Cazón, Ines Alvarez, Manuela Serrano, Chiragua, Juanchichi, Chutuseca.
Posteriormente tomó la presidencia Valentín Cáceres y su esposa. Ellos improvisaron un pequeño local en la calle Buenos Aires. Los suceden Valentín, Gregorio Alvarez y esposa y luego Francisco Paliza. Es en este tiempo que la comparsa comienza a decaer y prácticamente desaparece del escenario carnavalero.
A mediados de la década del 1960, un grupo de jóvenes entre ellos Kilicho Fernández, Negro Herrera, Botuto Serrano, Oreja Cazón, Puchinchi y Tejerina, guiados por Amanda Tapia y su esposo Tomás Molina, y con la ayuda de algunas chicas como Julieta y Marisa Loayza, las hermanas Cazón, decidieron sacar la comparsa, improvisando un "salón" en la casa de la familia Herrera. Y fue allí donde se desarrollaron unos de los carnavales más alegres y puros. La orquesta estaba integrada por Patiruzu Balcazar, el bandoneón carnavalero por excelencia, acompañado de un bombo que tocaba algún entusiasta. Luego Tomás Molina trasladó los carnavales al salón de Taraschi Martinez. Actualmente la comparsa que ha vuelto a resurgir cuenta con la ayuda de Carmen Vilte, Elva Fernández y otros vecinos que tratan de mantener viva no sólo la tradición carnavalera en el pueblo, sino también el sueño de esos jóvenes del ayer que tenían una forma distinta de festejar el carnaval, donde el respeto iba de la mano de la alegría. No debe olvidarse a Dora Gomez y su marido Cacho Zamora.
Hoy, gran festejo
La comparsa celebrará hoy el Carnaval de Flores, para agradecer a las familias que invitaron a la agrupación este año y a la comisión saliente presidida por Carlos Condori y su esposa Nora Cruz. El encuentro tendrá lugar en el salón del comedor estudiantil, oportunidad en la que además de compartir un exquisito almuerzo, se elegirá a la comisión y padrinos del carnaval 2016.