Entre 400 y 600 obreros de la empresa Siderca, del grupo Techint, podrían perder sus puestos de trabajo o ver reducidos sus ingresos, si la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) no firma esta semana la renovación de un acuerdo establecido por trabajadores suspendidos de su planta ubicada en el partido de Campana.
El conflicto entre el mayor grupo empresario del país y uno de los principales gremios industriales comenzará esta semana porque venció un acuerdo vigente desde abril por el cual Siderca le pagaba el 80% del sueldo a los suspendidos como consecuencia de la caída del precio internacional del petróleo.
Siderca aplicó desde abril de este año un método de suspensiones rotativas según el cual entre 400 y 600 trabajadores permanecen siempre fuera del lugar de trabajo con el 80% del salario normal.
Según se informó ayer, se trata de un acta por seis meses que se renovó en octubre por dos meses más, pero ese convenio venció esta semana y para renovarlo quieren pagar sólo el 60% del salario.
Techint tendría la intención de desprenderse del 20% de su plantilla de Siderca, en caso de no alcanzar el acuerdo exigido por la patronal.
En este contexto, el titular de la UOM Campana-Zárate, Abel Furlán, consideró en diálogo con un matutino porteño que "sin el acta de suspensiones no descarto que pueda llegar a haber despidos, que es lo que la empresa ha venido buscando hasta ahora". "Sin dudas la nueva situación política es más favorable para la empresa, aunque todavía no hemos tenido contacto con nadie del Ministerio de Trabajo, pero esperamos que las autoridades estén a la altura de la situación", agregó Furlán.
Efecto contagio
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) admitieron que durante la gestión de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner se utilizaron diversas herramientas como la protección comercial (que en el caso de Techint es clave por la competencia de China), los créditos subsidiados y hasta autorizaciones de subas de precios como moneda de cambio de la estabilidad laboral.
Sin embargo, indicaron que a partir de un nuevo contexto político por la presidencia de Macri, una política de despidos o de reducción de salarios en Techint tendrían un efecto contagio sobre el empresariado.
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Entre 400 y 600 obreros de la empresa Siderca, del grupo Techint, podrían perder sus puestos de trabajo o ver reducidos sus ingresos, si la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) no firma esta semana la renovación de un acuerdo establecido por trabajadores suspendidos de su planta ubicada en el partido de Campana.
El conflicto entre el mayor grupo empresario del país y uno de los principales gremios industriales comenzará esta semana porque venció un acuerdo vigente desde abril por el cual Siderca le pagaba el 80% del sueldo a los suspendidos como consecuencia de la caída del precio internacional del petróleo.
Siderca aplicó desde abril de este año un método de suspensiones rotativas según el cual entre 400 y 600 trabajadores permanecen siempre fuera del lugar de trabajo con el 80% del salario normal.
Según se informó ayer, se trata de un acta por seis meses que se renovó en octubre por dos meses más, pero ese convenio venció esta semana y para renovarlo quieren pagar sólo el 60% del salario.
Techint tendría la intención de desprenderse del 20% de su plantilla de Siderca, en caso de no alcanzar el acuerdo exigido por la patronal.
En este contexto, el titular de la UOM Campana-Zárate, Abel Furlán, consideró en diálogo con un matutino porteño que "sin el acta de suspensiones no descarto que pueda llegar a haber despidos, que es lo que la empresa ha venido buscando hasta ahora". "Sin dudas la nueva situación política es más favorable para la empresa, aunque todavía no hemos tenido contacto con nadie del Ministerio de Trabajo, pero esperamos que las autoridades estén a la altura de la situación", agregó Furlán.
Efecto contagio
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) admitieron que durante la gestión de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner se utilizaron diversas herramientas como la protección comercial (que en el caso de Techint es clave por la competencia de China), los créditos subsidiados y hasta autorizaciones de subas de precios como moneda de cambio de la estabilidad laboral.
Sin embargo, indicaron que a partir de un nuevo contexto político por la presidencia de Macri, una política de despidos o de reducción de salarios en Techint tendrían un efecto contagio sobre el empresariado.
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