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17 de Julio,  Jujuy, Argentina
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El Captagon podría estar en la Argentina

Domingo, 22 de noviembre de 2015 01:30
CAPTAGON / DROGA QUE USARON LOS TERRORISTAS EN LOS ATENTADOS EN PARÍS. 
Podría estar circulando ya en la Argentina, donde se la usaría tanto para la diversión como para el delito, la droga que se inyectaron los terroristas que atacaron en París, denominada Captagon, alertó un especialista.
Marcelo Peretta, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), señaló que si bien no hay constancias directas del uso de esta peligrosa droga, el Captagon, en el país, tampoco se puede asegurar lo contrario. Y advirtió sobre el negocio ilegal de narcóticos que se torna tan mutable que no sería raro que alguna droguería lo estuviera introduciendo.
"Pasó con el éxtasis y luego con las metanfetaminas. Nadie creía que vinieran a la Argentina y terminaron entrando", dijo Peretta a un medio gráfico.
El poco conocido Captagon saltó repentinamente a la fama cuando en el marco de las investigaciones tras los sangrientos atentados en París que le costaron la vida a unas 130 personas, se encontraron jeringas con esta sustancia en los cuartos del hotel que habían ocupado los yihadistas poco antes del masivo ataque.
Se trata de una anfetamina denominada fenetillina que, como todas las drogas de esta familia, aumenta la resistencia al cansancio y la atención, quita el hambre y causa una pérdida del juicio. "Quien la consume se siente omnipotente, una especie de "rey del mundo" y pierde la sensación de miedo", explicó Peretta señalando que además la droga inhibe el dolor.
Se presentan en forma de comprimidos por vía oral y ampollas inyectables que se administran vía endovenosa, directa o diluida en soluciones parenterales y cada dosis cuesta entre 5 y 20 dólares.
"Actúa a nivel del sistema nervioso central y por lo tanto sus efectos son impredecibles dado que cada cabeza es totalmente distinta", dijo Peretta que afirmó que el más común de los efectos es la pérdida del juicio y de la memoria.
Inicialmente fue usada por los jóvenes de familias ricas de las monarquía del Golfo Pérsico, y de allí pasaron a los combatientes regulares y finalmente a los terroristas, según las constancias recogidas en París.
Dada su alta demanda en Medio Oriente, Siria se convirtió en el principal productor, pero cualquier laboratorio farmacéutico está en condiciones de elaborarla, señaló y advirtió el secretario general de Safyb.

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Podría estar circulando ya en la Argentina, donde se la usaría tanto para la diversión como para el delito, la droga que se inyectaron los terroristas que atacaron en París, denominada Captagon, alertó un especialista.
Marcelo Peretta, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), señaló que si bien no hay constancias directas del uso de esta peligrosa droga, el Captagon, en el país, tampoco se puede asegurar lo contrario. Y advirtió sobre el negocio ilegal de narcóticos que se torna tan mutable que no sería raro que alguna droguería lo estuviera introduciendo.
"Pasó con el éxtasis y luego con las metanfetaminas. Nadie creía que vinieran a la Argentina y terminaron entrando", dijo Peretta a un medio gráfico.
El poco conocido Captagon saltó repentinamente a la fama cuando en el marco de las investigaciones tras los sangrientos atentados en París que le costaron la vida a unas 130 personas, se encontraron jeringas con esta sustancia en los cuartos del hotel que habían ocupado los yihadistas poco antes del masivo ataque.
Se trata de una anfetamina denominada fenetillina que, como todas las drogas de esta familia, aumenta la resistencia al cansancio y la atención, quita el hambre y causa una pérdida del juicio. "Quien la consume se siente omnipotente, una especie de "rey del mundo" y pierde la sensación de miedo", explicó Peretta señalando que además la droga inhibe el dolor.
Se presentan en forma de comprimidos por vía oral y ampollas inyectables que se administran vía endovenosa, directa o diluida en soluciones parenterales y cada dosis cuesta entre 5 y 20 dólares.
"Actúa a nivel del sistema nervioso central y por lo tanto sus efectos son impredecibles dado que cada cabeza es totalmente distinta", dijo Peretta que afirmó que el más común de los efectos es la pérdida del juicio y de la memoria.
Inicialmente fue usada por los jóvenes de familias ricas de las monarquía del Golfo Pérsico, y de allí pasaron a los combatientes regulares y finalmente a los terroristas, según las constancias recogidas en París.
Dada su alta demanda en Medio Oriente, Siria se convirtió en el principal productor, pero cualquier laboratorio farmacéutico está en condiciones de elaborarla, señaló y advirtió el secretario general de Safyb.

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