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Francisco criticó la "nutrición excesiva"

Jueves, 12 de noviembre de 2015 01:30
PAPA FRANCISCO
El papa Francisco criticó ayer las publicidades que reducen “el hambre verdadero” a “un deseo de galletas y dulces”, al tiempo que rechazó el “negocio” que estimula a “gastar en una nutrición excesiva”, al dar su mensaje durante la Audiencia General de los miércoles.
“Hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivialidad familiar. Debemos encontrar el modo de recuperarla, aunque sea adaptándola a los tiempos. La convivialidad parece que se ha convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa”, dijo el pontífice. En la Plaza San Pedro, Francisco remarcó que “la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de alcanzar a quien no tiene ni pan ni afectos”.
“En los países ricos somos estimulados a gastar en una nutrición excesiva, y luego lo hacemos de nuevo para remediar el exceso”, advirtió.
“Y este negocio insensato desvía nuestra atención del hambre verdadero, del cuerpo y del alma. Es tanto así que la publicidad la ha reducido a un deseo de galletas y dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es una vergüenza!”, criticó.

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El papa Francisco criticó ayer las publicidades que reducen “el hambre verdadero” a “un deseo de galletas y dulces”, al tiempo que rechazó el “negocio” que estimula a “gastar en una nutrición excesiva”, al dar su mensaje durante la Audiencia General de los miércoles.
“Hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivialidad familiar. Debemos encontrar el modo de recuperarla, aunque sea adaptándola a los tiempos. La convivialidad parece que se ha convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa”, dijo el pontífice. En la Plaza San Pedro, Francisco remarcó que “la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de alcanzar a quien no tiene ni pan ni afectos”.
“En los países ricos somos estimulados a gastar en una nutrición excesiva, y luego lo hacemos de nuevo para remediar el exceso”, advirtió.
“Y este negocio insensato desvía nuestra atención del hambre verdadero, del cuerpo y del alma. Es tanto así que la publicidad la ha reducido a un deseo de galletas y dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es una vergüenza!”, criticó.

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