Ante el primer aplauso, el tango, y entonces solo con su guitarra y casi al final un tarareo... "Uno". Así abría su encuentro con Jujuy, el indefinible Luis Salinas, en la noche del jueves.
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Ante el primer aplauso, el tango, y entonces solo con su guitarra y casi al final un tarareo... "Uno". Así abría su encuentro con Jujuy, el indefinible Luis Salinas, en la noche del jueves.
Así comenzábamos octubre en la "Tacita de Plata", con música que no necesita mayor escenografía, en el Cine Teatro Select.
Todas las imágenes que puedan hacerse de este maestro, se parecen, pelo largo, atuendo negro, con la guitarra al frente y su mentón estirado al cielo, degustando hoy y ayer, sus propios sonidos. Es que la foto no cambia, pero siempre es bueno volver a verlo, porque cada vez que viene a Jujuy, tiene gente maravillada que se suma a la platea.
En el medio del escenario del Select hizo algunas piezas solo, y llegó el momento de presentar a su primer invitado. "Es hijo de uno de los más grandes músicos que tuvo nuestro país", dijo y lo sumó en la percusión para hacer una chacarera. Aclaró que la había compuesto para su hijo.
Su hijo, Juan Salinas, fue su próximo invitado. En la guitarra primero y en el bajo al promediar el espectáculo. Con la misma naturalidad del padre, pero con su propia personalidad, ensanchó el corazón de Luis Salinas aunándose con él desde sólo pensar la música.
Y otro invitado más, Juancho Farías Gómez en el piano y otros instrumentos, hijo del recordado Chango Farías Gómez. Un lujo tras otro en el escenario de quien solo, ya es un lujo.
Los hijos de los grandes, ya son grandes, y Luis Salinas los eligió para conformar esta banda, este espectáculo, titulado simplemente "En concierto".
Con esta formación y con este repertorio estuvo recientemente en Uruguay, y ahora continuará su gira por el país, feliz en la compañía de su hijo, que mira con total orgullo y admriación.
Como es sabido, el maestro autodidacta de la guitarra, desanda diferentes ritmos, se anima a cantar, y a veces simplemente tararea. Cualquiera de las modalidades resulta en una belleza absoluta, muy difícil de describir.
Luis Salinas toca sin esfuerzo, fluye en su guitarra en un estado de su vuelo, que lo encuentra emocionado, entregado al placer que no pierde intensidad con los años, y no por eso desconectado del público.
Habla y cuenta, valora, y sigue tocando.
Recorrió un repertorio amplio de la música popular muy amplio, y cuando se despidió, el público le pidió volver con el bolero "Cuenta conmigo". Pero el bis llegó además con más chacarera y todos los invitados en acción.
Una de sus más recientes llegadas a Jujuy, fue en el marco del programa "Jujuy suena", donde compartió generosamente el escenario con Caro Escobar, la jujeña que hoy está en su mejor momento.
