Abrumado por la llegada masiva de refugiados, Líbano ha estrechado el filtro a la entrada de ciudadanos sirios, imponiéndoles desde ayer la obtención de un visado por primera vez en la historia de los dos países.
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Abrumado por la llegada masiva de refugiados, Líbano ha estrechado el filtro a la entrada de ciudadanos sirios, imponiéndoles desde ayer la obtención de un visado por primera vez en la historia de los dos países.
"Hoy (por ayer) hemos empezado a aplicar las nuevas medidas de entrada, y los sirios que están en las fronteras han comenzado a presentar sus documentos para entrar", indicó una fuente de los servicios libaneses de seguridad.
Desde su independencia en los años 1940, es la primera vez que Líbano, que alberga a 1,1 millones de refugiados sirios, le impone a estos un visado.
La llegada masiva de refugiados ha puesto en aprietos los recursos del país e inquieta a sus ciudadanos. La seguridad se ha deteriorado mucho en regiones como Arsal, una ciudad fronteriza del este de Líbano donde en agosto los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) secuestraron a decenas de soldados.
Desde hace meses, el gobierno de Líbano no deja de llamar la atención de la comunidad internacional, diciendo que no puede lidiar con semejante flujo de refugiados.
En octubre pasado, el ministro libanés de Asuntos Sociales, Rashid Derbas, anunció que su país "ya no recibe oficialmente a más sirios desplazados". El ministro dijo que la obligación del visado busca limitar la llegada de más refugiados.
Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, ha registrado 1,1 millones de refugiados sirios en Líbano, pero se estima que hay muchos más, y hay miles que siguen entrando de forma ilegal.
A diferencia de Jordania y Turquía, otros dos países con un gran número de refugiados sirios, Líbano se negó a crear campamentos para estos, lo que significa que los desplazados se dispersan por todo el país.
Khalil Jebara, consejero del ministro libanés del Interior, dijo que el país seguirá reconociendo excepciones humanitarias. "Nosotros estamos respetando nuestras obligaciones internacionales. No expulsaremos a nadie", prometió.