Esperan toros de gran fiereza para animar Casabindo

A pocos días del tradicional Toreo de la Vincha, que anualmente se renueva en el pueblo de Casabindo, ya se especula si la convocatoria contará con los más feroces descendientes del mítico toro "Chapulín Colorado". La historia en torno a los toros y las creencias de cómo protagonizan la vigente tradición en la voz de una pobladora invita a conocer la devoción a la Virgen de la Asunción.

Los pobladores de Casabindo ya están preparando todo para recibir a los visitantes, y los toros volverán a ser protagonistas de la afamada contienda en que se mezcla la devoción religiosa con la práctica española heredada.

Al convocar a los jujeños, el exresidente de Casabindo, Héctor Ciares, anunciaba que los organizadores esperaban la participación de 12 toros para esta edición. Se los trae cada año de localidades aledañas, de entre 25 a 30 kilómetros, y la expectativa está centrada en la espera de los más preparados, descendientes del reconocido toro llamado "Chapulín Colorado".

El afamado toro, recordado por su bravía recibió el nombre de "Chapulín colorado" por la coloración de su pelaje. El animal fue criado por la familia de Lorenzo Carrillo. Aunque ya murió hace dos años, y se siente su ausencia, las expectativas se centran en sus descendientes

Así lo recordó una de las pobladoras de Casabindo, Aurora Cusi, quien se prestó a conversar sobre algunos detalles de la historia oral de la tradición que dejaron los abuelos y que aprendieron desde la niñez. Ahora se espera a sus descendientes, cuya fama es también de bravura, y por ello crece la expectativa de que integren la docena de toros que se bajen de los cerros para el nuevo toreo que dedicado a la Virgen. "El toro era malo, cuando se lo nombraba no quería entrar nadie", recordó Aurora Cusi al iniciar el relato recordando que se les atribuye su bravío a la consagración a la Santa Madre.

Es que los toros pertenecen a distintas familias que habitualmente crían su ganado criollo, entre los que suelen tener algunos de los más temibles, muchos nominados por su aspecto "Osca", "Cara colorada", "Caras Chejchi".

En esta ocasión, se esperan algunos otros ejemplares pertenecientes a la familia de Rómulo Ciáres, de los Vásquez, otro de la familia de Eliseo Tito que quizás llegue de Doncellas, e inclusive se espera al que se sumara hace años, donado por Inta, que se consagró a la Virgen.

Es que cada año los mismos pobladores se comprometen con la festividad y se postulan como voluntarios para ayudar, suben en grupos de entre cuatro y seis personas para traer a los toros de Doncellas, Rio Negro y otros puntos donde las familias suelen tener a su hacienda criolla, siempre en movimiento para el pastoreo.

Según Aurora, la selección de los toros que participaran se hace mucho antes, precisamente en abril para la festividad de San Marcos donde se organiza un "mini toreo" que permite dirimir quienes serán los que desafíen a los espontáneos toreos en la fiesta central de la Virgen del 15 de agosto. Allí, según cuenta, suelen sumarse los toros chicos para determinar si están o no preparados, y es también donde se acercan los interesados en convertirse en toreros por devoción.

Aunque cada 15 de agosto el toreo se concreta con quienes espontáneamente se apuntan para desafiar al toro, muchos son pobladores que lo hacen como "promesa" a la Virgen de la Asunción, un compromiso que siguen durante tres años.

Entre los más reconocidos de los últimos tiempos está Daniel Cusi, quien ganara el primer premio y otros en las anteriores ediciones. Pero también se recuerda a Abundio Ciares, y a los jóvenes de apellido Colqui, Solano, Vásquez, algunos de los cuáles quizás vuelvan a repetir el desafío, al que seguro se sumarán como cada año, turistas de diferentes provincias.

A pocos días del tradicional Toreo de la Vincha, que anualmente se renueva en el pueblo de Casabindo, ya se especula si la convocatoria contará con los más feroces descendientes del mítico toro "Chapulín Colorado". La historia en torno a los toros y las creencias de cómo protagonizan la vigente tradición en la voz de una pobladora invita a conocer la devoción a la Virgen de la Asunción.

Los pobladores de Casabindo ya están preparando todo para recibir a los visitantes, y los toros volverán a ser protagonistas de la afamada contienda en que se mezcla la devoción religiosa con la práctica española heredada.

Al convocar a los jujeños, el exresidente de Casabindo, Héctor Ciares, anunciaba que los organizadores esperaban la participación de 12 toros para esta edición. Se los trae cada año de localidades aledañas, de entre 25 a 30 kilómetros, y la expectativa está centrada en la espera de los más preparados, descendientes del reconocido toro llamado "Chapulín Colorado".

El afamado toro, recordado por su bravía recibió el nombre de "Chapulín colorado" por la coloración de su pelaje. El animal fue criado por la familia de Lorenzo Carrillo. Aunque ya murió hace dos años, y se siente su ausencia, las expectativas se centran en sus descendientes

Así lo recordó una de las pobladoras de Casabindo, Aurora Cusi, quien se prestó a conversar sobre algunos detalles de la historia oral de la tradición que dejaron los abuelos y que aprendieron desde la niñez. Ahora se espera a sus descendientes, cuya fama es también de bravura, y por ello crece la expectativa de que integren la docena de toros que se bajen de los cerros para el nuevo toreo que dedicado a la Virgen. "El toro era malo, cuando se lo nombraba no quería entrar nadie", recordó Aurora Cusi al iniciar el relato recordando que se les atribuye su bravío a la consagración a la Santa Madre.

Es que los toros pertenecen a distintas familias que habitualmente crían su ganado criollo, entre los que suelen tener algunos de los más temibles, muchos nominados por su aspecto "Osca", "Cara colorada", "Caras Chejchi".

En esta ocasión, se esperan algunos otros ejemplares pertenecientes a la familia de Rómulo Ciáres, de los Vásquez, otro de la familia de Eliseo Tito que quizás llegue de Doncellas, e inclusive se espera al que se sumara hace años, donado por Inta, que se consagró a la Virgen.

Es que cada año los mismos pobladores se comprometen con la festividad y se postulan como voluntarios para ayudar, suben en grupos de entre cuatro y seis personas para traer a los toros de Doncellas, Rio Negro y otros puntos donde las familias suelen tener a su hacienda criolla, siempre en movimiento para el pastoreo.

Según Aurora, la selección de los toros que participaran se hace mucho antes, precisamente en abril para la festividad de San Marcos donde se organiza un "mini toreo" que permite dirimir quienes serán los que desafíen a los espontáneos toreos en la fiesta central de la Virgen del 15 de agosto. Allí, según cuenta, suelen sumarse los toros chicos para determinar si están o no preparados, y es también donde se acercan los interesados en convertirse en toreros por devoción.

Aunque cada 15 de agosto el toreo se concreta con quienes espontáneamente se apuntan para desafiar al toro, muchos son pobladores que lo hacen como "promesa" a la Virgen de la Asunción, un compromiso que siguen durante tres años.

Entre los más reconocidos de los últimos tiempos está Daniel Cusi, quien ganara el primer premio y otros en las anteriores ediciones. Pero también se recuerda a Abundio Ciares, y a los jóvenes de apellido Colqui, Solano, Vásquez, algunos de los cuáles quizás vuelvan a repetir el desafío, al que seguro se sumarán como cada año, turistas de diferentes provincias.