¿Cómo se va desarrollando el proceso de trabajo de esta película que se va producir en Jujuy?
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¿Cómo se va desarrollando el proceso de trabajo de esta película que se va producir en Jujuy?
Estamos por la segunda parte. Son varias las instancias de una película. En este caso estamos en la primera etapa, que es la construcción del guión. Son veinte días de clases de seis horas diarias, es decir un total de ciento veinte horas de trabajo y a veces más también porque los alumnos se quedan trabajando. Hacer una película puede llevar mucho tiempo, depende del método que se elija, pero hay etapas ineludibles.
Esto se está trabajando en base a una idea tuya...
Sí, en base a una idea original muy primitiva que yo tenía, muy pequeña, y la idea de este taller es no hacer tanta teoría sino práctica. Se escribe mucho, y a partir de que van apareciendo los problemas, van apareciendo las circunstancias en las que puedo hablar de la teoría.
Vos particularmente tenés una postura muy firme con respecto a que el proceso de creación es compartido por todo el equipo, y que una escuela de cine sirve exclusivamente para cuestiones técnicas, porque el cine se aprende haciendo. En este tiempo que trabajaste con Jujuy, ¿cómo ves a la realización local, y qué aportaría la creación anunciada de una escuela de cine aquí en la provincia?
No sé qué decirte porque no conozco esa realidad del audiovisual jujeño, yo sé que en el país gracias a Dios –aunque para algunos es "desgraciadamente"- o gracias al rol del estado hay una política de generar contenidos propios, que recién empieza, con todos sus defectos y todas sus virtudes. Las virtudes pesan mucho más porque hay un emergente que antes estaba muy centralizado en Buenos Aires. Yo empecé trabajando en Córdoba, y me terminé trasladando a Buenos Aires, porque no había posibilidades en el interior de que yo desarrollara mi trabajo.
Yo creo que es una buena iniciativa, pero creo también que el depender del Estado es una nueva manera de producción para aquellos que han trabajado con productoras privadas. Igual, todos pasan por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) por el subsidio, eso es real, pero bueno, son formas de producción. Creo que es un puntapié inicial.
Con respecto a la formación, yo entre los alumnos que tengo ahora para la capacitación, te diría que es gente "capacitada" para recibir capacitación. Está bien que se abra una sucursal de la ENERC (Escuela nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), pero lo primero que hay que tener cuando se empieza hacer cine, es paciencia para ver cómo son los primeros pasos que se dan. Hay gente que tiene un discurso muy reaccionario de que hay gente que tiene que filmar y otras no, que "el estado me tiene que subsidiar", y no se puede hablar de igualdad de oportunidades en un país donde no hay industria cinematográfica. Y al no haber industria cinematográfica, la búsqueda de la calidad, todavía es un paso que estamos dando. Todavía no sabemos guión como lo deberíamos saber, de hecho las películas hoy se hacen fragmentadas para no tener problemas de guión. Y no sólo acá, me parece que en el mundo los problemas de génesis son de guiones.
Si no tenemos un guión, no vamos a tener película por más que tengamos el crédito del INCAA, el apoyo de la región, una iniciativa de la Secretaría de Cultura. Nuestro trabajo es escribirlo como para que esté sentada y presentada la instancia uno de la película.
Desde tu experiencia como creador en distintos roles dentro del proceso de producción de una película ¿cuál crees que es el límite de la intervención del estado en tu obra, teniendo en cuenta el especial fomento por parte del estado de la actividad a través de la Ley Audiovisual y de promover los contenidos propios?
Nunca me pasó que el estado me pida algo. Nunca me dieron las cosas a cambio de algo. Si me dieron apoyo, pero no entiendo la pregunta.
Hay muchos artistas independientes que prefieren mantenerse al margen de los apoyos estatales, como una forma de defender la autonomía de contenidos y creaciones...
Es una decisión de cada uno. A mí me parece que está bien que el Estado apoye. En la Argentina el Estado se ve obligado a tener planes de asistencia a sectores más desprotegidos porque todavía no hay un país que funcione como un capitalismo con igualdad de oportunidades para todos, más allá de que adhieras o no al capitalismo. Hasta tanto no haya una industria que funcione, un estado de bienestar, esas cosas son necesarias, y en el cine es lo mismo. Acá hubo una industria cinematográfica destrozada por los Estados Unidos, en la época de (ex presidente Juan Domingo) Perón, que dejaron de vender material virgen. Y después la época de los "milicos", donde se hacía cine que no tenía ningún valor artístico, y que no nos representaba en su totalidad. En esa época también existía el INCAA, y nadie se lo cuestionaba.
Yo creo que en alguna medida lo que se está intentando generar, es un volumen grande de audiovisuales, ya sea para copar el mercado o para dar oportunidades. Creo que está bien que el estado apoye y fomente eso, porque hace falta. Pero el cine también necesita estar apoyado desde otro lugar, porque por ejemplo, estamos fomentando algo y las reglas del juego siguen siendo las mismas. Mientras no se cambie eso, va haber siempre un imbécil que diga que el cine argentino no lo ve nadie. En realidad, no lo ve nadie, porque nadie lo quiere pasar. Hay menos cines que antes, además son comerciales. Y entonces se dice que se pasaron cincuenta películas argentinas al año y no se vio ninguna. Eso no es porque las películas sean buenas o malas, que es una opinión muy subjetiva, y además incluso en algunas críticas, ni siquiera son subjetivas, sino que les bajan una línea editorial; sino porque no las pasan.
¿Qué estaría faltando para completar el fomento?
Una decisión política para tener una protección de lo que se fomenta, porque si realmente vas a fomentar cine, para que ese cine se reproduzca también dale salas, dale espacios, pero no sólo en los espacios INCAA, sino también en el mercado que vos estás de alguna manera queriendo copar. No puede darse eso con excepciones solamente, porque en realidad las películas que vienen con excepciones, son películas que vienen de la mano de grandes empresas que son los dueños del multicine. Realmente el cine independiente no tiene espacio.
Pero también uno tiene que comprender que son los primeros pasos en una industria que no se constituyó desde que volvió la democracia. El cine argentino sigue siendo un cine muy poco visto.
Más allá de los valores que uno pueda tener o no, y a la hora de crear una identidad cinematográfica y audiovisual, lo ideal sería poder tener como antes teníamos, formatos que se exportaban al exterior, eso ocurría cada tanto, y estaría bueno que ocurra más seguido.
Pero lo cierto es que no todo el mundo tiene la posibilidad de acceder a productores millonarios para que pongan plata, por eso casi todos terminamos dependiendo del INCAA.
Antes uno hablaba con los dueños del cine, no con cadenas, y estoy hablando de monopolios.
Yo creo que mientras no exista ese replanteo de una cuota fuerte en pantalla, el cine va a seguir siendo como un "coitus interruptus", en el cual algunos elegidos con suerte y con talento pueda ver la luz.
Porque no todas las películas que se estrenan en Estados Unidos son buenas, pero hay un sistema que permite ese fracaso. Acá eso no está contemplado, el fracaso se castiga inmediatamente, entonces nadie tiene la posibilidad de hacer una película mala, ya para la siguiente, nadie confía.
Hace falta la igualdad de oportunidades a la hora de difundir el producto que uno hizo. Para mí es un pérdida casi rídícula porque si apoyaste la película hasta ese momento, y... apoyala un poco más.
¿Qué te gustaría que pase con esta película que se está produciendo en Jujuy?
Que se escriba el guión de este tratamiento que estamos construyendo, que se pueda preproducir la película, poder presentarla al INCAA. Esto es diferente a cualquier producción porque tiene un valor cultural para la provincia, no es una película meramente comercial. Se trabaja con gente de acá, el guión se está gestando acá. Esperamos que puedan acompañarnos hasta el fin, no solamente darnos el fomento.
Hasta la difusión...
Y si. Es casi una decisión política hacer cine hoy en la Argentina. Uno sabe que hay ciertas fórmulas que el cine comercial contempla para que las películas funcionen. También es una instancia de riesgo y una apuesta, pero no todo el mundo tiene esa oportunidad, de esa forma de negociación.