A pesar de confesar haber asesinado a su mujer Carmen Mabel Zerpa, los testimonios y pruebas aportados en el juicio hicieron que los jueces del Tribunal Criminal III decidieran condenar al músico Cristian Delfor René Claure (36) a la pena de prisión perpetua.
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A pesar de confesar haber asesinado a su mujer Carmen Mabel Zerpa, los testimonios y pruebas aportados en el juicio hicieron que los jueces del Tribunal Criminal III decidieran condenar al músico Cristian Delfor René Claure (36) a la pena de prisión perpetua.
Claure, según el fallo, fue hallado autor responsable del delito de “homicidio calificado por el vínculo”, por lo que recibió la citada pena por inexistencia de circunstancias extraordinarias de atenuación..."
La fiscal Delia Filomena Ortiz había solicitado la condena de 12 años de prisión, mientras que el defensor del acusado, Maximiliano Rodrigo Daniel Quispe, había pedido la atenuación de la condena, esgrimiendo una serie de pruebas que surgieron durante la investigación del hecho.
De todas formas la condena, dictada el miércoles último, no está firme y seguramente, luego de conocerse los fundamentos, el patrocinante legal del acusado, si así lo considera y cree oportuno, podrá apelar el fallo.
Todo pasó la noche del 31 de agosto y madrugada del 1 de septiembre de 2013, en barrio Presidente Perón (La Mendieta).
El juicio se cumplió en el Centro Judicial de San Pedro y en el tercer piso de Tribunales de esta ciudad, y los testimonios de los familiares directos de la víctima, coincidieron en que la relación de Claure con la víctima era violenta.
La madre de Zerpa, sus hermanas y primas relataron que Claure, en más de una oportunidad, había amenazado de muerte a la madre de su pequeña hija, debido a los celos. Dieron a conocer que meses antes del crimen, el acusado había llevado engañada a Zerpa hasta un descampado, donde habría intentado asesinarla, pero la mujer pudo huir.
Este episodio fue relatado por varios familiares de la víctima, quienes coincidieron en los detalles.
En la primera audiencia realizada en San Pedro, el acusado confesó cómo y por qué había asesinado a su mujer, afirmando que Zerpa era violenta y le pegaba siempre, y que esa noche lo golpeó y que se había defendido provocándole la muerte.
La forense que realizó la autopsia declaró que Zerpa había tenido una "muerte violenta", provocada por una "asfixia por acción mecánica externa", demostrando que la misma fue provocada por el antebrazo del acusado (asfixia en forma de L).
La fiscal Ortíz, en su alegato, dijo que "entre ambos tenían un trato con códigos violentos". Indicó que Claure había amenazado de muerte en varias oportunidades a Zerpa y que justamente el día del homicidio "cumplió con su promesa".
Señaló que la noche del hecho, el acusado llegó a la vivienda de la víctima, quien estaba acompañada por sus tres hijos, producto de una anterior relación, y la bebé de ambos, en esos momentos de 11 meses de vida.
Por una discusión entre los protagonistas, los hijos mayores de la mujer se fueron, desencadenándose entre Zerpa y Claure agresiones físicas que derivaron en el crimen.
Por su parte, el defensor del acusado dijo que resulta evidente que la relación “era un tormento diario". Agregó que "eran diarios y continuos los malos tratos, insultos y hasta agresiones por parte de la víctima hacia mi defendido", que “tenía que defenderse”, pidiendo la atenuación de la pena por esto, la confesión y lo surgido en la investigación.