La atención del Programa de Sanidad Escolar (Prosane) por el que se revisa a niños de primer y séptimo grado, se vio afectada por los paros retrasando su programación, por lo que prevé atender por las tardes. Este año se espera atender a 15 mil niños, ya que el año pasado se chequeó a 13.500, encontrándose los problemas de sobrepeso y odontológicos entre los más frecuentes.
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La atención del Programa de Sanidad Escolar (Prosane) por el que se revisa a niños de primer y séptimo grado, se vio afectada por los paros retrasando su programación, por lo que prevé atender por las tardes. Este año se espera atender a 15 mil niños, ya que el año pasado se chequeó a 13.500, encontrándose los problemas de sobrepeso y odontológicos entre los más frecuentes.
“Siempre se hizo Salud Escolar, este año en particular el inconveniente que tenemos es cada paro. Entonces hay que programar y reprogramar las escuelas, y por supuesto eso hace que estemos demorados en la entrega de certificados y demás”, explicó la coordinadora de Salud Escolar, del Ministerio de Salud, Viviana Levín.
La responsable del área aseguró que no obstante esa situación que genera demoras y que supone reprogramar las fechas de atención, ahora implicará trabajar por la tarde para poder llegar a cubrir la totalidad de los chicos que deben atender.
Hasta el momento se han cargado 5.000 niños y este año se espera atender alrededor de 15.000 alumnos, y es que el año pasado se atendieron a 13.700. Esto se suma a la cantidad de niños que atienden los hospitales del interior, que también se ocupan de realizar salud escolar.
A esta situación se añade el problema del retraso de los padres en completar los controles de las derivaciones para lograr el alta. Es que en la revisación se les puede indicar tratamiento que deben completar para recibir el certificado, sea éste un análisis para el caso de nutricionista, o de otro tipo de atención requerida.
Esta situación suele darse en octubre y noviembre, y se repite cada año, lo cual dificulta que se pueda emitir el certificado de salud escolar para presentar en las escuelas. Para ello tiene que estar completo, y de acuerdo a lo requerido por los especialistas, de modo que si el niño fue evaluado por el oftalmólogo, debe contar con los anteojos; y si vio a un traumatólogo debe traer el certificado de traumatología.
El año pasado el Programa atendió 13.700 chicos. Se chequea sólo a chicos que cursan primer y séptimo grado.
Consiste en un diagnóstico de cómo está la salud del niño, lo auditivo, foniatría, odontología, oftalmología y traumatología cuyos resultados, luego de la carga de información, permiten trabajar al siguiente año reforzando lo que surja.
Por ejemplo, de los resultados del 2013 surgieron datos de fonoaudiología, oftalmología, odontología y nutrición, como las prioritarias. En todos los casos, cuando se encuentra algo se deriva, como en el caso de odontología en el que siempre hay muchos casos.
“Años atrás había mucha desnutrición, ahora hay mucho sobrepeso”, explicó y aseguró que según los resultados se abocan el siguiente año a trabajar. De hecho, en base a los resultados de 2013 actualmente se están entregando anteojos a muchos niños y se trabaja para promover kioscos saludables.
Sucede que en la provincia se hace en dos partes: en esta capital a través del Centro Sanitario y el hospital “San Roque”, que tiene dividida la atención en cuatro puntos que atienden a ciertas escuelas, que incluye el hospital Snopek de Alto Comedero, y luego los del interior por lo que cada nosocomio se ocupa de los alumnos de su zona.
El procedimiento se inicia cuando el encargado de salud escolar de cada área lleva el turno a la escuela y determina la fecha donde se desarrollará el control, con lo cual los padres llenan la ficha de autorización para revisar al niño, y se los cita para la atención en la escuela o centro de salud que corresponda, de acuerdo a cómo se organizan.
Si el niño faltara se lo vuelve a llamar hasta que cumpla y cuando son de otros lugares se los atiende en el Centro Sanitario.