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Para Henry Moore el arte era una forma de vida sin fin

Lunes, 29 de julio de 2013 23:01

 Aunque llegó a decir que "si todo se pudiera explicar mediante la palabra, tarde o temprano acabaríamos con el mundo", el escultor británico Henry Moore también plasmó en palabras lo que le inspiraba su oficio, cuando aseveró que el acto creativo era como una droga.

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 Aunque llegó a decir que "si todo se pudiera explicar mediante la palabra, tarde o temprano acabaríamos con el mundo", el escultor británico Henry Moore también plasmó en palabras lo que le inspiraba su oficio, cuando aseveró que el acto creativo era como una droga.

Según la página española especializada en literatura Literato.es, que tiene una selección de sus frases célebres, para Moore, a lo largo de su vida creativa, la obsesión particular cambia, pero la excitación, la emoción y la vibración de la creación perdura.

Otros componentes de su obra fueron la disciplina y la constancia, pues él pensaba que "la disciplina en el arte suponía una lucha fundamental para entenderse a uno mismo y al mismo tiempo entender lo que uno está dibujando".

Además, no concebía jubilación para un artista, "pues el arte es una forma de vida y como tal no tiene fin". Henry Spencer Moore vio la primera luz el 30 de julio de 1898, en Castleford, Yorkshire, Inglaterra, y desde muy pequeño expresó su interés por la escultura, aunque para cumplir los deseos de su padre primero se convirtió en maestro de escuela.

Al empezar la Primera Guerra Mundial (1914-18) formó parte del XV Regimiento de Londres, pero se envenenó con gases después de un bombardeo en Bélgica y regresó a Inglaterra para su recuperación.

Después del armisticio, el gobierno le otorgó dinero para su rehabilitación, recursos con los que se inscribió en la Escuela de Arte de Leeds, donde estudió durante dos años.

Allí conoció e hizo amistad con la escultora Bárbara Hapworth, relación que fue fecunda y provechosa, pues ambos intercambiaron ideas e influencias artísticas.

Moore continuó sus estudios en el Royal College of Art de Londres, donde permaneció hasta 1924. Al terminar, fue nombrado profesor del mismo colegio y obtuvo una beca para viajar por Italia y Francia.

Opuesto a las tendencias académicas tradicionales y al realismo de Auguste Rodin, Moore encontró la inspiración en la escultura primitiva y en el arte egipcio y etrusco. Más tarde, la escultura de los mayas y los aztecas ejerció sobre él una influencia decisiva.

De acuerdo con los datos biográficos que se tienen, la década de 1930 fue para Moore de luchas y realizaciones. En 1931 presentó su primera exposición, apoyado y presentado por Jacob Epstein, pero no tuvo éxito. Por esa época, el artista se alejó de sus formas anteriores para acercarse al abstraccionismo y al surrealismo. Las obras de su primer período muestran una fuerte tendencia al modelado amplio, monumental y en ocasiones, geométrico. De la década de 1920 destacan "Maternidad" (1924) y "Madre e hijo" (1924-1925). Hacia 1926, al conocer el arte de las culturas precolombinas de México, Moore inició, basándose en la figura del Chac Mool, una serie de figuras femeninas reclinadas. Se convirtió en uno de los fundadores del grupo surrealista de Inglaterra y escribió artículos sobre su ideología. Otras de sus obras destacadas son "Composición" (1931), "Cabeza y pelota" (1934), "Pájaro y huevo" (1934), "Talla" (1936), "Forma cuadrada" (1936), "Madre e hijo" (1936) y "Relieve con cuerdas" (1937), entre otros. 

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