El faltante de monedas en Jujuy es un problema que se empezó a notar el año pasado, pero que en nuestra realidad se viene dando desde hace varios años atrás, aunque, claro está, con menos notoriedad que en la actualidad. La situación no es exclusiva de Jujuy, sino que se refleja en todo el país. Lo preocupante, por las averiguaciones realizadas en entidades bancarias locales, es que no se avizora una solución a corto, mediano o largo plazo.
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El faltante de monedas en Jujuy es un problema que se empezó a notar el año pasado, pero que en nuestra realidad se viene dando desde hace varios años atrás, aunque, claro está, con menos notoriedad que en la actualidad. La situación no es exclusiva de Jujuy, sino que se refleja en todo el país. Lo preocupante, por las averiguaciones realizadas en entidades bancarias locales, es que no se avizora una solución a corto, mediano o largo plazo.
Fuentes confiables vinculadas a la banca oficial y privada que opera en la provincia dieron cuenta que desde hace media década el Tesoro Regional, dependiente del Tesoro Nacional del BCRA, no provee monedas de distinta denominación y que para conseguirlas deben, como sucursales, realizar el pedido a sus casas matrices, para que éstas, a su vez, las gestionen ante el agente financiero del Estado nacional.
Debido a ello, las entidades bancarias de la provincia no tienen las posibilidades de atender las demandas que reciben a diario, fundamentalmente de clientes directos con cuentas corrientes que necesitan monedas para el funcionamiento diario de sus respectivos negocios. Esto se ve periódicamente en varias casas comerciales de distintos rubros, en especial en los kioscos o al subir al colectivo.
En estos dos casos, de acuerdo a un sondeo realizado en diversos puntos de San Salvador de Jujuy, las historias de los clientes y usuarios mostraron algunas diferencias poco sustanciales, aunque sin cambios en la médula en cuestión. El redondeo termina siempre, o casi siempre, con el vuelto incautado.
Los que compran golosinas o algunos productos de paso que no tienen un precio redondo se ven obligados, mayormente, a elegir otra mercancía para completar un importe entero. En los colectivos, la situación es similar y en algunos casos directamente perjudicial, ya que los vueltos son retenidos indebidamente por la falta de monedas.
Este accionar intentó ser corregido en los últimos meses por el municipio capitalino, mediante la realización de controles en varios puntos estratégicos de la ciudad o a través de la entrega de monedas gestionadas por el intendente Raúl Jorge ante el Banco Macro y el Banco Central, pero a decir de cientos de pasajeros consultados para este informe en algunas empresas las cosas no cambiaron demasiado.
Numerosos usuarios están conformes con el sistema de vales implementado por un par de empresas de transporte. Pero hay otros que se quejan por el manejo arbitrario que hacen los empresarios del sector con el dinero de cada pasajero, o porque el crédito no puede ser utilizado en otra compañía distinta del emisor.
Mientras el BCRA no retome la política de provisión de monedas que sostenía hasta hace cinco años, difícilmente la presencia del metal en todas sus denominaciones vuelva a ser la de antes, por lo que la cultura de los ciudadanos se verá forzada a cambiar, al igual que la de aquellos que desarrollan sus actividades laborales y comerciales en directa dependencia del “preciado metal”.
Los comerciantes minoristas son los más afectados por esta problemática. En varios casos, los propietarios de los kioscos y despensas de nuestro medio se debaten a diario con el faltante de monedas. Otros, simplemente, agudizan el ingenio y generan créditos para sus clientes.
En Jujuy la reticencia de las entidades bancarias a entregar monedas es mucho más marcada.
Lo importante para destacar, comparando con otras épocas, es que este fenómeno ya fue vivido en los "80. El incremento de precios tiene como contracara el deterioro del dinero circulante. En los "80 cuando la Argentina registró sus niveles históricos de inflación más elevados esta situación fue dominante.
Dos monedas por cada billete
Conforme a una información suministrada por el propio BCRA, el total general de billetes hacia el último día hábil de 2012 era de 3.525,7 millones de unidades, mientras que las monedas circulantes de todas las denominaciones llegaban a un total de 7.401,9. Es decir, hasta esa fecha llegaron a existir poco más de dos monedas de $ 1 por cada billete.