Por una intimación efectuada por la Policía de la Provincia, unas diez familias iniciaron en las últimas horas el desalojo de un terreno privado ubicado en barrio Luján, ocupado ilegal y progresivamente en los últimos meses. Se trata de un predio ubicado en la esquina de Tumusla y Sixto Ovejero, justo en el límite entre el mencionado barrio y Santa Rosa, frente al Club Deportivo Luján.
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Por una intimación efectuada por la Policía de la Provincia, unas diez familias iniciaron en las últimas horas el desalojo de un terreno privado ubicado en barrio Luján, ocupado ilegal y progresivamente en los últimos meses. Se trata de un predio ubicado en la esquina de Tumusla y Sixto Ovejero, justo en el límite entre el mencionado barrio y Santa Rosa, frente al Club Deportivo Luján.
El abandono del lugar por parte de los intrusos se inició en la última semana debido a una inminente orden de desalojo de la Justicia. La gente, tras escuchar versiones sobre la posible medida, comenzó a retirarse en forma voluntaria. Es que la invasión de este espacio privado ya había sido denunciado por su propietaria, la Asociación de la Tercera Edad.
El asentamiento ilegal no midió barreras de ningún tipo. Ni siquiera el alambrado perimetral fue un impedimento para que este grupo de familias tomara por la fuerza el terreno de grandes dimensiones, siguiendo quizá la misma impronta de otros grupos que adoptaron la misma política y tomaron con anterioridad tierras fiscales ubicadas a unos pocos metros, sobre la Sixto Ovejero.
La presencia policial en la zona, con efectivos pertenecientes a la Comisaría Seccional 31º de Coronel Arias, fue reforzada en la última semana, aunque la misma sólo tiene por objeto prevenir incidentes y cualquier otro hecho que atente contra la seguridad de las personas y los bienes personales de los vecinos colindantes al terreno y del propio asentamiento.
Según fuentes oficiosas, la orden de desalojo estaría por ser emitida esta semana, por lo que el abandono del lugar empezó en forma voluntaria y sin que tenga que mediar la fuerza del orden. Previamente, la Policía se encargó de advertirle a los asentados sobre el delito en el que estaban incurriendo al usurpar un predio privado.
La imagen más impactante de la mudanza fueron las casas precarias desarmadas a las apuradas.
La mayoría de las viviendas, construidas con bloques apilados y chapas, fueron desmanteladas por sus propietarios y reducidas a la mínima expresión, a la espera de un transporte y una solución del Gobierno a sus problemas habitacionales.
El dispositivo de seguridad montado en el lugar comprende la presencia de entre cinco y seis efectivos policiales, quienes están cumpliendo la tarea de verificar que nadie ingrese más pertenencias al lugar.
"La gente puede sacar sus cosas, pero de ninguna manera puede ingresar materiales o cualquier otra pertenencia u objeto de valor, porque la idea es recuperar el predio y dejarlo en manos de su propietaria", explicó uno de los policías que cumplía el operativo de seguridad.
