Hoy martes de chaya, uno de los días significativos del carnaval, se celebra en todas las regiones andinas. Es un ritual que se realiza para agradecer a la Pachamama los frutos que brinda. Se celebra un día previo al Miércoles de Ceniza, para emprender camino a la Cuaresma.
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Hoy martes de chaya, uno de los días significativos del carnaval, se celebra en todas las regiones andinas. Es un ritual que se realiza para agradecer a la Pachamama los frutos que brinda. Se celebra un día previo al Miércoles de Ceniza, para emprender camino a la Cuaresma.
Hoy al mediodía se verán autos, negocios, propiedades, herramientas de trabajo chayados, con serpentinas, talco, papel picado signos de la alegría que se desborda en los días de carnaval. El incienso se sentirá y es señal de buenos augurios para la familia para un próspero futuro. Agradeciendo por el año que pasó y anhelando uno mejor.
Las diferentes comparsas y también en los hogares se realiza este ritual ornamentando mojones o los corpachos de las casas para iniciar la celebración sahumando y chayando, dando a la tierra cigarros, coca, alcohol, frutos, comidas y mucha bebida para agradecer todo lo que brinda la Pachamama. Luego se compartirá un almuerzo fraterno para seguir festejando el carnaval.
Por los alrededores del mercado y la terminal de ómnibus se venden los inciensos, elementos para dar y ofrendar a la tierra. Las coloridas figuras de azúcar con formas de autos, casas principalmente son las que más se venden, y no debe faltar la coa para perfumar.
Si bien el carnaval es una fiesta para dar inicio al calendario agrícola y agradecer por todo la fertilidad que nos ha dado, es una tradición de los pueblos andinos que persiste por la oralidad popular que sigue de generación tras generación.
Agosto y febrero son los meses para rendir homenaje a la Pachamama. El 1 de agosto, es el rito de pacificación de los elementos con la corpachada para devolverle parte de lo recibido y recomenzar un nuevo ciclo. Y en carnaval, el martes de chaya también se ofrenda y se agradece durante el carnaval grande.
Una hermosa leyenda
Cuenta la tradición que los primeros españoles llegados a estas tierras se encontraron con una fiesta singular de agua y danza que celebraban los diaguitas. En la madurez del verano, revivían la memoria de una niña india muy hermosa que un día, dolida de tristeza por su amor imposible hacia el Pujllay, príncipe alegre y juguetón, desapareció en la montaña y se convirtió en nube. Esta nube cada año vuelve para alegrar a la tierra, y se posa en forma de rocío en los pétalos de la flor del cardón. Por ello, la tradición la llamó “Chaya”, agua del rocío. La Chaya vendría a ser así la búsqueda ancestral de aquella diosa, signo de la vida.