La gran campaña de Gimnasia en la presente edición de la B Nacional se basa en los puntos conseguidos en casa. De los 27 que tiene actualmente, 22 se sumaron en Jujuy, es decir casi el 82 %. Está claro que en el estadio “23 de Agosto” potencia sus virtudes. Sin embargo, el “lobo” tiene que mejorar en condición de visitante para consolidarse en los puestos de vanguardia y alejarse del fondo de la tabla del promedio.
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La gran campaña de Gimnasia en la presente edición de la B Nacional se basa en los puntos conseguidos en casa. De los 27 que tiene actualmente, 22 se sumaron en Jujuy, es decir casi el 82 %. Está claro que en el estadio “23 de Agosto” potencia sus virtudes. Sin embargo, el “lobo” tiene que mejorar en condición de visitante para consolidarse en los puestos de vanguardia y alejarse del fondo de la tabla del promedio.
Marcha segundo junto a Gimnasia La Plata y Banfield, a cuatro unidades del líder Olimpo de Bahía Blanca.
El ajustado triunfo sobre Deportivo Merlo el fin de semana volvió a generar polémicas. Es que se cuestiona que el equipo no gusta, no juega bonito ni nada por el estilo. Es más, la figura terminó siendo el arquero Lucas Hoyos.
Ahora bien, ¿importa llenarse los ojos de fútbol? Los ejemplos siempre son odiosos, pero sirven y valen la pena. Quienes tuvimos la suerte de cubrir al Gimnasia de “Pancho” Ferraro al promediar los noventa o ver en acción al equipo de Néstor Manfredi en 1998, damos fe que realmente cumplían las expectativas.Claro que el “detalle” era cómo se conformaban esos planteles. El tridente Carlos Rosas, Manuel Guerrero y Mario Lobo se cansó de inflar la red. Luego Martín Astudillo junto a los hermanos Casartelli, Oscar Sánchez, el “Rifle” Castellano y Morales Santos brillaron con luz propia.
Mientras que luego de un período de letargo hubo otro grupo se lució. Fue el que armó Ferraro y amalgamó Mario Gómez en el 2005. Y el posterior cuarto puesto conseguido en primera división no fue casualidad. Gabriel Ramón, Daniel Ramasco, Marcelo Quinteros, el “Pony” Oyola y la dupla Silva-Balvorín dieron qué hablar.
El tema es que hubo valores de jerarquía como “materia prima”. Entonces, todo se hizo más fácil.
Gómez es un laburante. Ahora conformó un plantel para dar pelea. No hay figuras ni estrellas. Se trata de muchachos que llegaron de diferentes equipos de la B Nacional en una renovación total, casi cantada, tras la desastrosa campaña pasada que dejó al club seriamente comprometido con el descenso. Y de no ser por la vuelta de este cuerpo técnico sobre el final -clave para evitar jugar las viejas promociones o descender de manera directa-, hoy las consecuencias serían peores. El DT necesita continuar con este proceso de conocimiento, haciendo bien las tareas y no aflojando.
Por supuesto que debe reconocer que no se convenció frente al “charro”, pero también es cierto que es meritorio acertar en el arco rival, defenderse con orden y ser solidarios con dos compañeros lesionados dentro del campo, virtudes que sí se observaron el domingo.
Borrón y cuenta nueva. El próximo objetivo se llama Sarmiento, el rival del viernes a las 21 en Junín. Y como el desafío pasa por seguir en esta senda, será un partido complicado, que jugará con dientes apretados.
Pesa el hecho de ser el único equipo que todavía no ganó en condición de visitante. Eso sí, atendiendo a la enfermería que se transformó el plantel en las últimas horas, un buen resultado es el empate. Al arrancar la temporada, Gómez dijo que la meta era sumar 50 puntos para zafar. Ya tiene 27 en el bolsillo y va por los 23 faltantes, algo que logrará si mantiene la cordura de siempre.