El arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva encabeza la ceremonia. El presidente Javier Milei, se ubicó frente al altar de la Catedral Metropolitana. “Este tedeum es un himno de agradecimiento, para regenerar nuestra sociedad desde la gratitud, reconozco que el agradecimiento puede sonar poco práctico o realista de aquellos que tienen la panza llena y viven abstraídos de la realidad”
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El arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva encabeza la ceremonia. El presidente Javier Milei, se ubicó frente al altar de la Catedral Metropolitana. “Este tedeum es un himno de agradecimiento, para regenerar nuestra sociedad desde la gratitud, reconozco que el agradecimiento puede sonar poco práctico o realista de aquellos que tienen la panza llena y viven abstraídos de la realidad”
“Este himno de acción de gracias, ayudó y ayuda a mantener vivas las certezas”, expresó el arzobispo al comienzo de la ceremonia. “El Señor tiene una mirada de indignación, está enojado, esta verdaderamente irritado ante esa crueldad de esos hombres que no se conmueven ante el sufrimiento del hombre enfermo”, enfatizo el referente de la Iglesia y habló acerca del “alerta de Jesús”: “Que nos interpela, que nos cuestiona, que nos alerta con nuestra insensibilidad ante los más desprotegidos”.
“Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande, nosotros no podemos hacernos los tontos”, afirmó García Cuerva. Y agregó: “Hay que acompañar con hechos y no solo con palabras, ese enorme esfuerzo de nuestra gente, por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie”, aseveró en uno de los pasajes más críticos de su discurso.