Se cumplen 80 años de la parroquia Nuestra Señora del Rosario del barrio Ledesma en la ciudad de Libertador General San Martín, y por ese motivo, se realizará hoy una especial celebración organizada por la comunidad parroquial y la empresa Ledesma.
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Se cumplen 80 años de la parroquia Nuestra Señora del Rosario del barrio Ledesma en la ciudad de Libertador General San Martín, y por ese motivo, se realizará hoy una especial celebración organizada por la comunidad parroquial y la empresa Ledesma.
A las 19 habrá un concierto del ciclo Capillas Musicales que lleva adelante la Secretaría de Cultura de la provincia y que en esta ocasión adhiere a la fecha. El mismo estará protagonizado por el Coro Kamay de Jujuy, que dirige Isolda Sánchez de Bidondo; y el Ensamble Río Grande. A las 20.30 se celebrará la misa, presidida por el obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández. A las 21.30, habrá una disertación a cargo del historiador Juan Pablo Baliña, quien hará una reseña histórica sobre la parroquia.
Al finalizar con estas actividades quedará inaugurada una exposición de objetos litúrgicos del templo, en las instalaciones del Centro de Visitantes Ledesma.
Joya arquitectónica
La construcción del templo fue posible gracias a la decisión que tomó en 1944, Pauline Alibert de Wollmann, presidente de la entonces Sociedad Anónima Ledesma. Ella fue la que dispuso la construcción y asignó los recursos para una capilla en 1944, aunque nunca llegó a verla terminada, ya que falleció el 27 de junio de ese mismo año. Tiempo después, en 1979, sus descendientes decidieron donar el terreno y el templo al Obispado de Jujuy. A 80 años de aquella construcción, Mimi Blaquier y la empresa agroindustrial Ledesma, impulsados por el párroco Aldo Oña, iniciaron una investigación que lideró el historiador Juan Pablo Baliña.
Esta investigación arrojó datos muy valiosos e interesantes sobre el acervo invaluable que significa esta parroquia. Para su creación se contrataron a destacados ingenieros y artesanos hace 80 años.
Se trata de un templo icónico para la provincial, no sólo porque su construcción representa un curioso enigma develado, ya que fue proyectada por los arquitectos Alberto Marschall y el italiano Alula Baldassarini, el mismo hombre que estableció en Mar del Plata un estilo único con sus fachadas de piedra, sino que la parroquia cobija en sus entrañas tesoros invaluables.
Entre ellos se pueden mencionar los nueve vitrales realizados por el famoso artista español Antonio Estruch, la imagen de virgen de la zafra realizada por el reconocido escultor Gustavo Lara, cuatro enormes campanas elaboradas en los famosos talleres de la familia Bellini, y los libros parroquiales conservados desde 1919, entre otros.
Puesta en valor
Mimi Blaquier, mentora del proyecto de investigación para poner en valor el templo en la actualidad y bisnieta de Pauline Alibert de Wollmann, señaló que "la comunidad parroquial participó y mostró su entusiasmo con el proyecto. Creo que tiene sentido rescatar la historia de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, sobre todo agradecer su legado que nos hace familia y nos inspira para el futuro".
Baliña, por su parte, es historiador e investigador, lidera el Archivo Visual Argentino y se sumó especialmente para este proyecto, cuyo objetivo era realizar una investigación para celebrar los 80 años de la existencia del templo.
"Hay distintas formas de poner en valor el patrimonio: identificarlo, protegerlo, dar a conocer su acervo e involucrar a la comunidad local. Eso fue lo que hicimos este año: investigamos en distintos archivos locales, pero también recogimos y cotejamos la tradición oral de la comunidad ledesmense", señaló Baliña.
La historia comenzó cuando el general Martín de Ledesma Valderrama estableció en 1625 un fuerte el valle del río San Francisco. Sin embargo, tiempo después, ese fuerte fue incendiado y los planes del general Ledesma se truncaron. Años después Antonio de la Tijera decidió restablecer el antiguo fuerte arrasado. Pero aquí una gran diferencia: el español, devotísimo de la Virgen del Rosario, puso la empresa bajo esa advocación y construyó una capilla que sería la semilla de la parroquia en cuestión.
Detalles de la investigación
Datos interesantes aportados por la investigación, dan cuenta que la construcción de la parroquia, atribuida únicamente al arquitecto belga Alberto Marschall, fue una obra en la que tuvo injerencia el famoso ingeniero italiano Alula Baldassarini, el hombre que marcó un estilo en Mar del Plata.
Incluso la parroquia puede haber sido una obra sin firma de Baldassarini. La investigación explica que Marschall se había asociado con Baldassarini pero éste último nunca había querido revalidar su título en el país, lo que dentro de la sociedad de profesionales argentinos le trajo algunos problemas a partir de la década del treinta.
Esas dificultades fueron creciendo cuando el italiano se negó a nacionalizarse argentino por lo que se vio obligado a recurrir a profesionales habilitados para firmar sus planos. Allí entró Marschall en escena. No se sabe exactamente cuánta influencia hubo entre ambos proyectistas en el templo jujeño pero sólo basta con mirar el espacio para entender que se trata de una obra “a lo Baldassarini”.
Por otra parte, otro dato interesante es que la Virgen de la Zafra, que es una de las imágenes de la parroquia que llama mucho la atención porque es distinta a las demás, fue encargada al artista boliviano, de Oruro, Gustavo Lara.
Algunos vecinos de Ledesma la han llamado la Virgen de la Zafra, sin embargo, otros la llaman “de la Asunción”. A pesar de que tiene una aparente confección en madera se trata de una obra realizada en piedra y muy pesada. Siguiendo con la enumeración de sus tesoros, nos encontramos con los vitrales del tempo. En los laterales de la construcción se pueden ver magníficas obras de arte con diseños únicos firmados por su autor: Antonio Estruch, nacido en Cataluña, España.
El campanario también tiene su valor. El templo cuenta con cuatro campanas. Se sabe que fueron elaboradas en los famosos talleres de la familia Bellini, en San Carlos, provincia de Santa Fe. En aquella época era el taller más importante de toda Latinoamérica. Finalmente, cabe mencionar los libros parroquiales, que son conservados desde 1919. Se trata de registros de bautismos, casamientos y defunciones: 57 volúmenes de 600 páginas cada uno. Representan la fuente documental más importante en lo que refiere a la investigación histórica local