con la masiva presencia de fieles, la comunidad de la parroquia Santa Teresita y San Juan Bautista Scalabrini celebró la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, con signos que expresaron no sólo la fe sino la importancia que reviste esta fiesta para la feligresía católica.
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con la masiva presencia de fieles, la comunidad de la parroquia Santa Teresita y San Juan Bautista Scalabrini celebró la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, con signos que expresaron no sólo la fe sino la importancia que reviste esta fiesta para la feligresía católica.
La misma se inició recientemente con una procesión que partió desde la capilla San Antonio hasta el templo parroquial. Una nutrida cantidad de fieles acompañó la procesión y en el trayecto se dispusieron estaciones, cada una tenía una letra de la palabra unidad.
A respecto, el padre Jorge García Méndez explicó que uno de los primeros mensajes de Jesús fue la unidad. "Él vino para unirnos, en un reino de unidad y de paz. Fue emotivo ver como la gente se fue sumando a lo largo del trayecto hasta llegar a la parroquia. Fue una verdadera fiesta, una solemnidad", dijo el sacerdote.
Las comunidades de las grutas de los barrios que pertenecen a la jurisdicción de la parroquia marcaron presencia con sus estandartes. Al llegar al templo, fue una algarabía y todos se dispusieron para participar de la misa.
El párroco expresó que fue el Papá Pío XI quien, inspirado o preocupado por la realidad que estaba pasando la Iglesia de México en 1925, y al ver cómo el pueblo mexicano salió a la calle gritando Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, a través de un documento, decretó esta fiesta que se celebra el último domingo del año litúrgico. "En primer lugar, esta fiesta fue para responder al creciente secularismo y ateísmo instaurado en los gobiernos de turno.
Cristo Rey es uno de los títulos más importantes que se le ha dado a Jesús, incluso desde su nacimiento, los Reyes Magos vinieron a adorar al rey, a Jesús el cordero de Dios", manifestó el padre Jorge.
En otro tramo refirió que Jesús propiamente no vivió como rey terrenal pero si como un rey divino, Señor del Universo. "Nosotros nos llamamos cristianos por ser ungidos también en el bautismo, con el óleo de la alegría para ser testimonio vivo de la gracia que se manifestó en Jesús, con poder para salvar a los hombres de las ataduras del pecado, liberar de la muerte, de la enfermedad y unirnos como comunidad. Todos en un sólo pueblo. Esta expresión viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, fue un grito y sigue siendo un grito de fe en la providencia de Dios. Dios no desampara a su pueblo. Hoy, en este acto público, manifestamos que el poder, el honor y la gloria son para nuestro Dios, anunciado y manifestado en la persona de Jesús, reflejo del amor del Padre".