En un nuevo acto de agresión, Rusia lanzó un intenso bombardeo contra Ucrania durante la madrugada del 25 de diciembre, coincidiendo con las celebraciones navideñas. El ataque, que incluyó el lanzamiento de más de 70 misiles y más de un centenar de drones, dejó al menos un muerto y varios heridos, además de causar graves daños a la infraestructura energética del país.
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En un nuevo acto de agresión, Rusia lanzó un intenso bombardeo contra Ucrania durante la madrugada del 25 de diciembre, coincidiendo con las celebraciones navideñas. El ataque, que incluyó el lanzamiento de más de 70 misiles y más de un centenar de drones, dejó al menos un muerto y varios heridos, además de causar graves daños a la infraestructura energética del país.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció el ataque como "inhumano", señalando que el objetivo principal de Rusia era dejar a la población civil sin electricidad y calefacción en pleno invierno. "Putin eligió deliberadamente el día de Navidad para atacar", afirmó Zelenski.
Cortes de energía y daños en infraestructuras
Los ataques rusos se concentraron en las infraestructuras energéticas ucranianas, provocando cortes de electricidad en varias regiones del país. El ministro de Energía, German Galuschenko, informó que se han impuesto restricciones al consumo para minimizar las consecuencias.
La empresa energética DTEK denunció que las centrales térmicas sufrieron graves daños, dejando a millones de personas sin luz y calefacción. Maxim Timchenko, director general de DTEK, hizo un llamamiento a los aliados de Ucrania para que proporcionen más sistemas de defensa aérea.
Respuesta internacional
El ataque ruso ha sido condenado por la comunidad internacional. El jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiga, denunció que un misil ruso atravesó los espacios aéreos moldavo y rumano, lo que evidencia la amenaza que representa Rusia para toda la región. Sin embargo, Rumania negó haber detectado algún misil en su espacio aéreo.
Un desafío a la comunidad internacional
Este nuevo ataque ruso en plena Navidad representa un desafío a la comunidad internacional y pone de manifiesto la determinación de Moscú de continuar con la guerra a pesar del sufrimiento de la población civil ucraniana. La comunidad internacional debe responder de manera contundente a estos actos de agresión y brindar a Ucrania todo el apoyo necesario para defenderse.
