La comunidad sampedreña despidió con profunda tristeza al benemérito hijo de esta tierra el doctor Juan Carlos Taché, quien falleció la noche lunes en San Pedro de Jujuy. Fue un reconocido médico, exintendente municipal, investigador, docente y un incansable promotor de la cultura local. Deja tras de sí, una huella imborrable en la historia de su ciudad. Siempre expresó gratitud por la vida. Su lema, inspirado en monseñor Sixto Villoldo, resumía su filosofía de vida: "Si no vives para servir, no sirves para vivir". Su partida deja un profundo vacío en San Pedro, pero su incansable trabajo y su compromiso con la comunidad perdurarán como un faro de inspiración para las futuras generaciones.
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La comunidad sampedreña despidió con profunda tristeza al benemérito hijo de esta tierra el doctor Juan Carlos Taché, quien falleció la noche lunes en San Pedro de Jujuy. Fue un reconocido médico, exintendente municipal, investigador, docente y un incansable promotor de la cultura local. Deja tras de sí, una huella imborrable en la historia de su ciudad. Siempre expresó gratitud por la vida. Su lema, inspirado en monseñor Sixto Villoldo, resumía su filosofía de vida: "Si no vives para servir, no sirves para vivir". Su partida deja un profundo vacío en San Pedro, pero su incansable trabajo y su compromiso con la comunidad perdurarán como un faro de inspiración para las futuras generaciones.
Nacido el 9 de marzo de 1946 en San Pedro, Juan Carlos Taché fue el primogénito de una familia de agricultores catalanes. Desde pequeño, mostró una clara vocación por la medicina. Sus estudios lo llevaron a Córdoba, donde se matriculó en medicina y forjó las bases de su carrera. En 1973, regresó a San Pedro y comenzó su labor en el hospital de La Esperanza. Trabajó en el hospital "Guillermo Paterson", donde llegó a ser jefe del servicio de Pediatría y director del nosocomio.
En 1975, contrajo matrimonio con María Inés Brunet Toril, con quien tuvo dos hijos, Juan Javier y María Sol.
Juan Carlos Taché también incursionó en la política, impulsado por su vocación de servicio. En 1983, en un momento crucial para el resurgimiento de la democracia en Argentina, aceptó el desafío de asumir la intendencia municipal. A pesar de la brevedad de su gestión, dejó un legado significativo. Entre sus obras más destacadas se encuentran la expropiación del terreno para la terminal de ómnibus, la instalación de una nueva planta potabilizadora de agua, pavimentación, la creación del Bachillerato Provincial Nº 11 "Monseñor Sixto Villoldo", la construcción de la plazoleta Divino Maestro y el emplazamiento de la imponente cruz de hierro en el cerro Centinela, expropiación de terrenos para la construcción de escuelas y barrios. Impulsó la cultura local, organizando el trascendental acto del centenario de la fundación de San Pedro en 1983. Este acontecimiento, incluyó la restauración de la histórica Casa Hacienda, la restauración e inauguración del Museo Histórico, Arqueológico y de Arte Pablo Balduín y el traslado de los restos del fundador del pueblo, Eugenio Tello y el emplazamiento del busto.