Con gran sentimiento, la comunidad de Palpalá y de la provincia, despidió esta mañana los restos del padre Ricardo Agustín Artacho, sacerdote muy querido en toda la Diócesis, quien falleció ayer a los 90 años.
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Con gran sentimiento, la comunidad de Palpalá y de la provincia, despidió esta mañana los restos del padre Ricardo Agustín Artacho, sacerdote muy querido en toda la Diócesis, quien falleció ayer a los 90 años.
El padre Ricardo Agustín era oriundo de Buenos Aires, particularmente pertenecía a la Diócesis de Morón, donde a la edad de 23 años sintió el llamado de Dios a consagrarse al servicio de la gente. Tras una particular amistad con el recordado monseñor Marcelino Palentini, arribó a Jujuy a los 62 años y fue nombrado Rector del Santuario de Río Blanco. Murió en la paz del Señor a los 90 años de edad y 58 años de vida consagrada, luego de atravesar diversas enfermedades que sin embargo no le fue impedimento para sonreír constantemente.
Es recordado como el “padrecito de la sonrisa” y fue despedido por centenares de fieles y sacerdotes, junto al Obispo César Daniel Fernández, en la misa exequial que se ofició en la capilla San Ignacio de Palpalá.
Sus restos fueron inhumados en el cementerio del Santuario de Río Blanco.
La Diócesis de Jujuy lamenta su partida y ofrece misas por su eterno descanso y por el Papa Francisco, con quien el padre Ricardo compartió años en la formación sacerdotal y un poco más de una década ya en el ejercicio propio del ministerio sacerdotal en una parroquia de extensa jurisdicción del área bonaerense.