Estaba terminando de cursar sus estudios de nivel medio, cuando se le presentó la oportunidad de ser parte de la fuerza militar. Se anotó, rindió y viajó a Buenos Aires para iniciar esta nueva etapa en su vida. Y ya siendo militar, empezó a seguir en la carrera de enfermería hasta que logró integrar el personal de la Armada en el hospital naval "Dr. Pedro Mallo". La experiencia la llevó a transitar el hospital universitario de la fundación Favaloro donde comenzó a soñar con migrar y emprender otros rumbos. Alemania fue el destino que desde Buenos Aires, la jujeña Alejandra Fernández anheló desde 2019, cuando se le abrió la posibilidad para su crecimiento profesional. Entonces, inició la gestión de revalidar su título para irse respaldada con sus estudios realizados. "Contacté con una agencia alemana y tuve que hacer entrevistas previas donde me explicaron cómo sería el contrato de trabajo, el idioma y -lo más importante- revalidar el título", expresó Fernández sobre esta opción que no fue la única, ya que otra vía era Canadá, pero ella eligió el camino europeo como alternativa más viable.
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Estaba terminando de cursar sus estudios de nivel medio, cuando se le presentó la oportunidad de ser parte de la fuerza militar. Se anotó, rindió y viajó a Buenos Aires para iniciar esta nueva etapa en su vida. Y ya siendo militar, empezó a seguir en la carrera de enfermería hasta que logró integrar el personal de la Armada en el hospital naval "Dr. Pedro Mallo". La experiencia la llevó a transitar el hospital universitario de la fundación Favaloro donde comenzó a soñar con migrar y emprender otros rumbos. Alemania fue el destino que desde Buenos Aires, la jujeña Alejandra Fernández anheló desde 2019, cuando se le abrió la posibilidad para su crecimiento profesional. Entonces, inició la gestión de revalidar su título para irse respaldada con sus estudios realizados. "Contacté con una agencia alemana y tuve que hacer entrevistas previas donde me explicaron cómo sería el contrato de trabajo, el idioma y -lo más importante- revalidar el título", expresó Fernández sobre esta opción que no fue la única, ya que otra vía era Canadá, pero ella eligió el camino europeo como alternativa más viable.
Con todo listo, sujetó su equipaje y se lanzó a la travesía. El viaje se concretó el 16 de marzo de 2020, en un momento crucial para el planeta, ya que se había confirmado a nivel internacional que la pandemia por covid-19 era un hecho. Las fronteras de los países se habían cerrado y eso también incluía restringirlas para los viajeros activos.
Inmersa en el grupo de doce enfermeros de distintos países, la jujeña vivió un momento con incertidumbre, pero sin perder la esperanza.
Su destino estaba signado por un instante histórico que la tendría como parte fundamental para el cuidado de la vida de las personas en la ciudad de Frankfurt, Alemania.
"Perdimos la conexión al llegar a Inglaterra pero sabíamos que al otro día cerraban las fronteras. Junto a cuatro personas más íbamos de un aeropuerto a otro con el colapso en las comunicaciones. Hasta que nos fueron a buscar desde la agencia", detalló Fernández con emoción.
Su llegada al territorio germano fue horas antes que se cerrara todo y reunida con colegas de diferentes especialidades en un hostel, comenzó a retomar las clases vía on-line para perfeccionar su aprendizaje de la lengua.
Socializar fue una tarea que llevó su tiempo, tanto por la circunstancia del entorno como por las acciones desde la virtualidad durante el período de un año.
Y la cercanía con la cultura alemana fue especialmente progresiva pues al estar todo restringido, trabajar en el afuera no era facultativo. No obstante, el primer encuentro con la vida en el exterior, fue con el ancianato de abuelitos alemanes.
"Me contactaba con lo básico pero pude aprender. Con el grupo con el que había llegado salíamos a caminar, veíamos los castillos", dijo Fernández. La conexión con la ciudad fue desde el respeto, el orden y el régimen pulcro de la gente, que fueron innegables.
Es que -reveló- allí abundan los detalles y el acato a las reglas; por ejemplo, no es necesario levantar la mano a instante para que estacione un colectivo en una parada, porque el conductor sabe que cuál es su función a cumplir y sencillamente lo hace. "La paciencia y la amabilidad está en la sociedad que recibe bien a los migrantes. En cuanto a los sabores, las comidas que se ven mucho, son las provenientes de la India, de Turquía y de China".
Luego de homologar el título de enfermera alemana y atravesar a diario la ciudad de Frankfurt, hablando el idioma en un mejor nivel, Alejandra supo adaptarse gradualmente a su nueva vida en otro lugar lejos de Jujuy y a la distancia tomó las medidas de seguridad sanitarias, siendo testigo de lo que acontecía cinco años atrás en el sistema médico europeo. "Aquí la población es longeva, la parte médica está bastante mal y no da abasto. Se estudia enfermería en tres años pero no la eligen como carrera tanto, por eso recurren a personal extranjero para abastecer ese faltante", comentó quien vive en la "Manhattan de Europa".
Focalizada en su trabajo, no deja de resaltar la ciudad a la que habita y donde se encuentra el Banco Central. Pero la nostalgia se vuelve eco en su sentimiento cuando evoca las tardes de mate junto al río. "Los paisajes son hermosos y en invierno es más oscuro, pero es distinto en mi Jujuy", aseguró Fernández que para nada olvida su pasado en sus queridas escuelas, "Pablo Arroyo" y Normal Superior "Juan Ignacio Gorriti".
"En mi familia están súper contentos y felices de escucharme cuando les cuento de mi vida aquí", comentó animada quien ya conoce München, Berlín, Stuttgart; Francia, París, España, Barcelona, Sevilla, Salamanca, Italia, Roma y Egipto.
Así es como cumplió uno de sus sueños como era viajar y conocer lugares, sin dejar de lado su misión humanitaria: la de ayudar a sanar vidas.
