En este contexto la planificación no será fácil y en algunos casos no será viable. "Los productores somos optimistas por naturaleza. A veces ni siquiera hacemos bien los números y ya estamos desesperados por sembrar. Pero hoy las condiciones son muy complicadas", explicó Guillermo Berardi.
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En este contexto la planificación no será fácil y en algunos casos no será viable. "Los productores somos optimistas por naturaleza. A veces ni siquiera hacemos bien los números y ya estamos desesperados por sembrar. Pero hoy las condiciones son muy complicadas", explicó Guillermo Berardi.
"Con el caso de la cebolla, muchos productores no van a sembrar este año. Entonces, el año que viene va a escasear y va a estar cara. Así se regula la economía, pero a costa del productor que hoy no puede sostener los costos", dijo sobre otra consecuencia.
Sostuvo que con rendimientos por debajo de 2.700 a 2.800 kilos (kg) por ha en tabaco, el productor pierde plata. "El problema es que las cigarreras declaran un número y no hay controles exhaustivos, pese a que se vende más. Se recauda cada vez menos del fondo, aunque el consumo no baja". Con respecto a la caña de azúcar, estimó que "con menos de 75 toneladas por hectárea, el productor pierde dinero. Tiene que sacar plata de su bolsillo o endeudarse para seguir produciendo", dijo.
Otro factor de peso son las tarifas. "Algunos productores sufrieron subas del 1.100% en gas, 780% en energía eléctrica y en promedio 800% en servicios. A eso se suma el costo de mano de obra, que al ser escasa, se paga por encima del convenio", explicó.
Sobre las proyecciones para esta campaña, aseguró que es difícil hacer números finos asumiendo que cada productor tiene una realidad distinta y que en su caso diluye el costo fijo porque tiene varias producciones, pero un productor promedio de Jujuy, con 30 has y un rendimiento de 2.500 kilos, estaría complicado.
Dijo que la flotación del dólar genera temores similares a lo que ocurrió al final de la convertibilidad donde teníamos el dólar planchado, pero los costos internos seguían subiendo algo que no los hace competitivos frente a otros países porque Argentina tiene una enorme carga impositiva. Ejemplificó con el salario de un obrero del sector, el aporte ronda los 24.000 pesos, sumado a otros 20.000 pesos de cargas y los ingresos brutos son acumulativos.
Cuestionó también que la producción depende de laboratorios y fabricantes de maquinaria concentrados en pocas manos, pese a que se dice proteger la industria nacional, pero una maquinaria de la misma calidad cuesta la mitad en Brasil, por lo que ese sobrecosto se traslada al precio final del producto.
