Pasaron 45 años desde que un grupo de visionarios gestó las primeras páginas de El Tribuno de Jujuy, hoy el medio gráfico más importante de la provincia.
Desde los primeros pasos, comenzó a recorrer los cuatro puntos cardinales de Jujuy a través de grandes y comprometidos periodistas que pusieron en protagonismo, las realidades de cada rincón de la provincia, mostrando los rostros, el paisaje, la cultura, su idiosincrasia y el sentir de la gente que habita en los 16 departamentos que conforman la geografía jujeña.
En estas cuatro décadas y media, es meritorio traer al presente el recuerdo de aquellos hombres y mujeres que permitieron y permiten aún hoy, la presencia sostenida en el tiempo de nuestro querido diario.
Hoy como ayer, cada jornada representa el desafío de llegar con la información veraz y objetiva, siempre con el deseo de que este nuevo aniversario, continúe siendo al igual que los pasados, un punto de partida para mirar siempre adelante.
Mirar a la gente, sus necesidades, sus logros, sus emprendimientos, sus realidades de cada día y que a pesar de lo escarpado que pueda ser hoy el camino, no se pierda jamás la visión ni el propósito que sustentó el nacimiento del diario de todos los jujeños.
"En el marco de esta celebración de los 45 años de nuestro medio, formar parte de esta empresa desde hace 25 años, tiene un especial significado para mí, por cuanto fueron muchas las historias de vida que marcaron a fuego mi labor periodística. Aunque se dice que el periodista debe remitirse a informar y no involucrarse emotivamente, para un corresponsal es imposible cumplir con esa premisa, porque la cercanía con la gente desde lo cotidiano, nos lleva a sentir como propias las necesidades, el dolor y también los logros. Desde aquel lejano pero siempre vívido 29 de junio de 2000 comenzaba a escribir una nueva historia en mi vida como periodista del El Tribuno de Jujuy". Los conceptos pertenecen a Nora Ruiz, histórica corresponsal de nuestro diario en San Pedro.
"Con el apoyo de grandes colegas y compañeros, fui sumando experiencia, siempre priorizando mi trabajo para el que no escatimé tiempo ni horario, ni recursos propios. Al momento de generarse la noticia, a la hora o lugar que fueran, llevé la presencia de nuestro diario con el propósito de mantener a la gente informada, desde el compromiso, el respeto y la ética profesional".
"Sería imposible resumir en pocas palabras 25 años de trabajo, pero sin lugar a dudas en la sumatoria de todo este tiempo, hubo hechos que marcaron a fuego mi vida. Uno ellos, fue la cobertura en Palma Sola donde un alud sepultó gran parte del pueblo y tuve que olvidarme de la noticia para sumarme a la labor de los rescatistas y ayudar a desenterrar a las personas que yacían bajo el lodo. O aquella lucha que libraron los obreros de Ingenio La Esperanza para preservar su fuente de trabajo. También la satisfacción de hacer pública la necesidad de una madre que precisaba un trasplante de riñón, con la gratificación de haber conseguido el donante luego de que el pedido fuera publicado en las páginas del diario. Y lo vivido durante la pandemia que sacudió a todo el mundo, fue el desafío más fuerte y agudo porque pude no sólo fui testigo sino viví en carne propia, el sufrimiento, la soledad, el abandono y hasta la muerte de la gente. Salir a trabajar con la incertidumbre de lo que podía llegar a pasarme y el constante temor de que ese virus silencioso pudiera afectar a mi familia, entre tantas otras situaciones que no olvidaré jamás.
Estos 25 años, marcan ya el final de una etapa laboral y aunque mis ojos avizoren nuevos horizontes, mi querido diario seguirá siempre vivo el espacio azul de los recuerdos", sostuvo emocionada.